Políticas

27/5/2007|993

Monoblocks de Lugano, ¿otro Cromañon?


Las torres Savio 1, 2 y 3 integran el conjunto de monoblocks que se extienden por el barrio de Lugano. El grupo de torres de Savio fue construido en los primeros años del menemismo. Sus veintidós pisos podrían ser una promesa de luz y paisaje para quien vive allí. En cambio, son el sinónimo de una pesadilla, los ascensores no andan por la falta completa de mantenimiento.


 


“Tenemos vecinas discapacitadas que pasan meses sin poder bajar. La semana pasada, una vecina que necesitaba atención médica fue bajada por la guardia de bomberos”, denuncian los vecinos.


 


Los ascensores son sólo una muestra del deterioro: fallas estructurales en la construcción han infiltrado a los techos y a las paredes de una humedad imparable. Bronquitis crónicas y otras enfermedades respiratorias son moneda corriente entre las más do cuatrocientas criaturas que habitan el consorcio. Como consecuencia de los cables eléctricos expuestos, el tránsito por pasillos y escaleras se convierte en una aventura. El barrio Savio, ¿es una excepción dentro de los conjuntos habitacionales que dependen del Instituto de Vivienda de la Ciudad?


 


Abandono sistemático


 


Según admiten Ion propios funcionarios del IVC, dentro del conjunto de monoblocks de Soldati y Lugano I (como Samoré,  Doniseti, Rivadavia, Illia y otros) el número de ascensores descompuestos asciende a… 480. El abandono es completo. En la mayoría de estos barrios se constituyeron consorcios de administración dirigidos por punteros asociados a funcionarios del Instituto. Las quiebras fraudulentas de loa consorcios, con administradores que se alzaron con sus fondos, fueron moneda corriente. Sin embargo, los sucesivos gobiernos no vacilaron en echarle la culpa a los vecinos: “Si no supieron controlar a sus administradores, no vengan ahora a reclamarle al Estado", dijeron los representantes del mismo Estado que “colocó” a los administradores truchos.


 


Ahora, y frente al desastre, los Telerman y sus antecesores no tienen otra política que la de "concretar el traspaso dominial de las viviendas”. En la actualidad, como muchos departamentos no se han terminado de pagar, el IVC es aún copropietario de las unidades. La razón de este súbito interés por "entregar la vivienda a sus habitantes” es clara: el Estado quiere sacarse de encima el fardo de sus desastres constructivos y cargárselo a los vecinos. Con toda justicia, éstos se niegan a escriturar hasta que el gobierno repare las unidades, o entregue otras en los casos donde las fallas son incorregibles.


 


Se inicia una lucha


 


Los vecinos del barrio Savio iniciaron un reclamo al Instituto, por la reparación de los daños y la normalización del consorcio de administración. Ante la falta de respuestas, el pasado jueves 17 se realizó un primer corte de calles, con la participación de decenas de vecinos de la torre 1. Tuvimos la oportunidad de acompañar el corte y de colaborar en su difusión, junto con compañeras del Polo Obrero de la zona.


 


La lucha iniciada en Savio tiene que servir para extender el movimiento de lucha a todas las torres afectadas: que el Estado y el IVC se hagan cargo de todas las fallas edilicias y de mantenimiento; por una auditoría independiente que evalúe los daños, responsable ante representantes electos de los consorcios; abajo los administradores truchos; investigación y castigo de los funcionarios involucrados. Condonación de las deudas y escrituración de las viviendas a favor de los habitantes, luego de su completa reparación a cargo del Estado.


 


 


*Marcelo Ramal es candidato a Jefe de Gobierno por el Partido Obrero