El 5 de marzo, en una bochornosa sesión el Concejo Deliberante de Morón aprobó con el voto de oficialistas (Nuevo Encuentro, K) y del Frente Renovador, el proyecto de ampliación del Parque Industrial La Cantábrica, en medio de abucheos y protestas de los vecinos que se movilizaron junto al Partido Obrero.

 

No faltaron las patotas al mejor estilo de los barones del conurbano para impedir que los vecinos que se movilizaron al Concejo pudieran ingresar, esto sumado a la realización de una sesión extraordinaria sin el paso previo por la comisión correspondiente, lo que muestra a las claras para quiénes gobiernan los Sabbatella.

 

En la sesión del 10 de marzo se selló el pacto Sabbatella/Unión Industrial del Oeste, estos últimos serán los grandes beneficiados con la ampliación, ya que se les entregaran 20 hectáreas de Haedo, las cuales hoy corresponden al Ferrocarril.

 

El Partido Obrero denuncia el accionar de Nuevo Encuentro que con patotas, pretende acallar la voz de los vecinos, para entregar tierras públicas a manos privadas.

 

El único argumento esbozado por sabbattelistas, pejotistas y renovadores para sostener el proyecto de ampliación de La Cantábrica es la falacia de la generación de empleo. La Cantábrica, en todas sus expresiones, nunca cumplió las expectativas en función de los favores recibidos; jamás superó los 1.500 puestos de trabajo. Muy lejos de los 8.500 que la vieja Cantábrica supo emplear en los ‘60. A confesión de partes, relevo de pruebas, brega el dicho: la propia Unión Industrial confiesa su pobre desempeño como empleadora (ver página digital de la UIO).

 

Como si fuera poco, en la actualidad los trabajadores del Parque Industrial La Cantábrica son sometidos a regímenes de precariedad laboral, están fuera de convenio, con contratos temporarios, tercerizados por agencia y demás. El Parque Industrial La Cantábrica y sus otras versiones es un coto de explotación obrera y un privilegio exclusivo para empresarios.

 

El Partido Obrero repudia la aprobación de la ampliación de La Cantábrica y propone que las tierras fiscales en cuestión sean reincorporadas a un proyecto de recuperación y desarrollo ferroviario, que, sin dudas, generará miles de puestos de trabajo genuino.