Moyano rompe su negocio con Ibarra-Roggio y se va con Macri
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En el gremio camionero cayó como una bomba. El “combativo” Moyano, hasta ayer socio y partidario de la reelección del centroizquierdista Ibarra, junto al “sponsor” de ambos, Benito Roggio, anunció que apoya a Macri. Roggio, como saben los lectores de Prensa Obrera, es dueño de la principal contratista del servicio de recolección de residuos de la Ciudad y de la explotación del subterráneo porteño. Es actualmente el principal contratista del Gobierno de la Ciudad.
La “familia Macri”, contratista privilegiada del Estado municipal años atrás, en bancarrota definitiva por sus negocios fallidos del Correo (y antes, por la caída de sus negocios industriales y la caída de la obra pública), busca salvarse recuperando esa posición privilegiada, que alcanzó bajo la dictadura y mantuvo bajo el gobierno de Alfonsín y buena parte del menemato. De la mano de Manliba, Macri ocupó el lugar de contratista único de toda la recolección de residuos en la ciudad durante más de 10 años.
Como en las luchas de la mafia siciliana, el hijo de “Don Corleone” aspira a desplazar al sucesor de su padre, “Don Benito”. Macri, estimulado por el “calor” de las encuestas, es decir, del apoyo creciente del aparato duhaldista, no se ha quedado en chiquitas. Primero, para contrarrestar al centroizquierdaje oficialista, se “compró” a la Negra ex “comunista”, ex alfonsinista, ex aliancista; acostumbrado a esto en “La Boca de sus business”, tentó entonces a un “jugador” de fuste: el “combativo” Moyano, experto desde hace casi tres décadas en la “gambeta” con los contratistas de la recolección de residuos.
En su momento, cuando la caída del contrato de Manliba, Moyano se presentó ante los trabajadores del gremio como el artífice de una conquista histórica: ningún trabajador perdía su antigüedad y todos pasaban automáticamente de Manliba a las nuevas empresas contratistas de la recolección de residuos. Ahora, una vez más, todos los contratos de estas empresas están vencidos y prorrogados. ¿A qué acuerdo llegó Moyano con Macri? ¿A cambió de qué cambió de patrón? No sabemos nada, sólo que Macri es un cruzado de la causa de liquidar las organizaciones de los cartoneros de la ciudad. ¿Algún compañero trabajador de las empresas de recolección de residuos puede esperar otra cosa que eso mismo para el gremio camionero de parte de Macri?
Las enseñanzas que está dejando la presente campaña electoral a diputados y legislativas en la mayoría de los distritos es extraordinaria. Mientras los incautos, aunque ya casi ancianos, como la “madre línea fundadora” Laura Bonaparte, y otros para nada incautos, como la ex-filo IU Alicia Castro, Pino Solanas y el Barba Gutiérrez, se han subido al carro “neo-progresista” del Bonasso-ibarrismo, el Ibarra verdadero se retrató de cuerpo entero respaldando públicamente al negrero catamarqueño Castillo, que es un agente directo de Bajo La Alumbrera, la principal mina de la Argentina, que acaba de pasar a manos suizo-canadienses. Quién sabe si el “progre” desalojador descubrió, ahora, que los nuevos accionistas son más “nacionales y populares” que los australianos que la regenteaban antes. Barrionuevo, socio actual de Moyano detrás de Macri, acaba de denunciar, sin embargo, que cada vez más esa explotación minera trae aparejados “riesgos medioambientales” y deja poco y nada en regalías para la provincia (La Nación, 3/7).
Kirchner se ha enancado en un grupo de grandes intereses capitalistas que tiene en la explotación minera uno de sus principales pivotes. En Mendoza, el aliancista Iglesias con intenciones de subirse al carro del santacruceño, está proponiendo leva ntar todas las reservas mineras de la provincia para permitir el “despegue cuyano” (Los Andes, 11/7).
Moraleja: los trabajadores no vamos a salir del “socavón” al que nos llevaron los Alfonsín-Menem-Duhalde-Kirchner-Ibarra, ni vamos a “despegar” en serio, sin despegarnos de toda ilusión en cualquier variante patronal. ¡En la Ciudad de Buenos Aires hay que votar la lista que encabeza Marcelo Ramal y construir el Partido Obrero!
(*) En base a un debate con compañeros de Ecohábitat y Cliba