“Que la crisis la paguen las patronales, los banqueros y los terratenientes. (…) Por la independencia política de la clase obrera. Por un gobierno de los trabajadores y el pueblo. (…) Por la unidad internacional de la clase obrera”. Con estas y otras consignas similares, el MST convocó al 1° de Mayo del año pasado, en el marco de un “acto de lucha anticapitalista e internacionalista” (Alternativa Socialista, 21/4/2010). Pero eso fue hace mucho tiempo.

Porque ahora, el MST convoca a “Un 1° de Mayo al servicio de transformar Argentina” (Alternativa Socialista, 13/4). Toda referencia a la independencia política de la clase obrera, al gobierno de los trabajadores, al socialismo o a la unidad internacional de la clase obrera ha desaparecido. Ahora se trata de “construir una alternativa política para gobernar de la mano (sic) del Movimiento Proyecto Sur y Pino Solanas”. La clase obrera y los explotados han sido enviados al fondo de una masa informe, cuyo deber sería votar a diversas combinaciones electoralistas de naturaleza capitalista. El objetivo del MST es “plantar en el escenario político un Movimiento capaz de estar a la altura de las circunstancias y a la par de otros procesos que se dan en América Latina”. Está hablando de los gobiernos nacionalistas burgueses de Chávez, Evo Morales y Correa. ¿Y también del gobierno de Dilma en Brasil o del Pepe Mujica en Uruguay? El MST festejó el ascenso del PT y el Frente Amplio. El MST se pronuncia por un gobierno chavista, pero lo más cercano al chavismo en la Argentina es el kirchnerismo, no Proyecto Sur.

Es cierto que todo cambia en la vida, pero también que nada surge de la nada, sino de lo que esa nada ya tiene adentro: además de su contenido democratizante de toda la vida, el MST sostuvo al capital sojero. Dijimos en Prensa Obrera (7/4): “El alineamiento político del MST lo convierte en un militante del estrangulamiento de la independencia de clase de las organizaciones obreras”. Una nueva prueba de esto se manifestará en este 1° de Mayo.