Políticas

29/10/2009|1106

Municipales de Coronel Suárez: victoria

Después de dos meses y medio de huelga, los municipales de Coronel Suárez arrancaron un triunfo. El pre-acuerdo firmado a última hora del viernes con el intendente Ricardo Moccero, establece una aumento del 10% en octubre, un 10% en noviembre y otro 10% en diciembre, éste último como suma en negro que se pasaría al básico a partir de enero (condicionado al aumento de la coparticipación que reciba el municipio de la provincia). El martes viaja una delegación a la gobernación, integrada por el intendente, concejales y el sindicato, para que la provincia defina ya una partida de 3,3 millones adicionales que financie este 10% para todo 2010. Si se arranca ese compromiso el 10% se incluiría en el básico desde diciembre. El acuerdo también contempla el no descuento de los días de paro y el retiro de las causas penales contra los trabajadores.

El jueves pasado, dos días después de una reunión de Scioli con las dos federaciones de trabajadores municipales a las que les habría hecho concesiones menores, Moccero –como si hubiera recibido un guiño– se largó a una feroz campaña de aprietes. Retiró la última oferta que había hecho y la reemplazó por otra, inaceptable, que difundió por los medios. Amenazó con el descuento de todo octubre, reclamó que siguieran las causas penales por la ocupación del corralón y difundió el rumor de que era inminente la llegada de la Gendarmería, algo que confirmaron diversos funcionarios.

Pero el viernes tuvo su primer revés. La Dirección de Personal, que no participaba del paro, se negó a hacer las liquidaciones con descuentos y decidió no trabajar hasta que se resolviera el conflicto. El mismo día, Moccero mandó a un funcionario a la reunión con el sindicato y con el delegado del Ministerio de Trabajo, con la única finalidad de ganar tiempo. Pero el gremio se plantó: exigió la presencia del intendente en la reunión y ante su negativa ocupó el Palacio municipal. El intendente –que quedó atrapado en el municipio– hizo entonces dos ofertas que fueron rechazadas de plano por una asamblea de 300 trabajadores en el patio.

Entonces intentó huir. Los trabajadores le impidieron la fuga y, luego de horas de negociación, a las 20 horas le arrancaron la propuesta que finalmente la asamblea aceptó.
Aún así, los trabajadores decidieron mantener la huelga y los acampes en el corralón y la plaza central hasta una asamblea este miércoles 28, para evaluar el resultado de la negociación con la gobernación.

La dura lucha de Suárez, por otra parte, ha ganado la simpatía de todos los municipales del sur bonaerense, que ven en ella el modelo a seguir. Así lo ponían de manifiesto en el Hospital Municipal de Bahía Blanca, pegando el volante del PO que proponía un paro provincial de las dos federaciones y de todos los sindicatos que organizan municipales (ATE) en el reloj de ingreso del personal.

Lo de Suárez contrasta métodos y resultados. La lucha, apoyada en asambleas de base, con un reclamo claro y valiéndose como recurso de la huelga indefinida, logró arrancar lo solicitado. Por otro lado, la impotencia de las movilizaciones aisladas del Fesimubo, que durante los 70 días de huelga fue incapaz de sacar un paro provincial de apoyo. Los municipales, “a lo Suárez”, vamos a conquistar la derogación de la 11757 –que Scioli plantea reformar en aspectos menores– y la paritaria provincial para arrancar un piso salarial de 2.000 pesos para toda la provincia –que Scioli propone reemplazar por un porcentaje común de aumento en torno al 10% aplicado sobre los básicos de cada municipio, lo que representa migajas en sueldos que están por debajo de la línea de pobreza. “A lo Suárez” requiere un Congreso Provincial de Delegados de Base votados en asambleas, que defina un plan de lucha hasta ganar.