Falleció Pascual Mastellone, dueño y fundador del monopolio lácteo “La Serenísima”. La noticia tuvo fuerte repercusión nacional, en especial en General Rodríguez, sede de la fábrica inicial. No hablaremos de su vida familiar. La cobertura, que lo muestra como un “hombre de bien”,”sencillo” o como “un empresario que apostaba por el país o la innovación permanente” entre otras ‘bondades’, contrasta con la realidad de la famosa empresa lechera.

La Serenísima carga con un frondoso historial de superexplotación laboral: decenas de accidentes de trabajo (incluyendo muertes) debido a paupérrimas condiciones de seguridad e higiene, despidos, etc. Toda esta explotación pudo ser cometida gracias a la anuencia de la burocracia sindical. Don Pascual nunca devolvió su puesto de trabajo a obreros que despidió; la única excepción ocurrió en 2004, cuando una enorme lucha de los trabajadores logró la reincorporación de un compañero que, antes de morirse, volvió a despedir.

Mastellone es una de las pioneras en la precarización laboral. Por ejemplo, los trabajadores que hacen el reparto de los camiones dependen de una tercerizada y no están bajo relación de dependencia en La Serenísima. Esto implica, menores salarios y largas jornadas de trabajo (12 a 14 diarias) y, si los echan, no pueden reclamarle nada a La Serenísima.
La empresa ha sido una de las responsables de la desaparición de miles de tambos en el país. Obliga a los pequeños productores a aceptar un miserable precio por la leche, mientras, en las góndolas, pagamos la leche casi igual al precio de la nafta. Ni hablar de lo que gana con leche que exporta con dólares devaluados.

Con la enorme incidencia que tiene en la economía de General Rodríguez, La Serenísima no contribuye a su desarrollo social. La infraestructura del distrito está colapsada (cortes de luz y de agua recurrentes), mientras Mastellone es favorecido y no tiene restricciones en los servicios. Ni siquiera contribuye a sostener con la ración de leche y derivados a las escuelas del distrito: la “Ciudad de la leche” es uno de los distritos con la mayor tasa de mortalidad infantil en la Provincia de Buenos Aires.

La Serenísima ‘nacional’ es también el mascaron de proa de la francesa Danone. Los Mastellone son un botón de muestra de lo que representa la burguesía nacional: receptores de subsidios o exenciones impositivas de todos los gobiernos, dictaduras y democracias, pero incapaces de promover el desarrollo y la independencia nacional, ya que son rémoras del capital financiero internacional.

No queríamos dejar pasar este acontecimiento, ante la ola de chupamedias, sin fijar una posición independiente que seguramente muchos trabajadores y vecinos de General Rodríguez compartirán.

Gastón Fernández (General Rodríguez)