En 2006, el Consejo Superior lanzó una fortísima ofensiva para vender el Campo de Deportes del Nacional de Buenos Aires a Campsa (la Corporación Puerto Madero, sociedad conformada por los gobiernos de la Ciudad y de la Nación). Los estudiantes, en aquel momento, impedimos la venta. Esa lucha fue el puntapié inicial para el despertar del CENBA, que luego protagonizó luchas y movilizaciones crecientes.

Tres años después, nuevamente Hallú está discutiendo la venta de una porción del Campo de Deportes a Campsa. El terreno es muy codiciado por su ubicación, dado que se encuentra en el muy cotizado Puerto Madero. El plan oficial es construir en ese predio torres de lujo, utilizando también parte de un terreno que hoy pertenece a la Prefectura. Pretenden quedarse con una parte del Campo de Deportes no para un emprendimiento público, sino para un negociado inmobiliario. Se trata, por lo tanto, de la liquidación de un patrimonio público en función de intereses capitalistas.

Extorsión de González Gass

La rectora González Gass, que inicialmente se había opuesto a la venta del Campo, cambió de posición y ha adoptado el punto de vista de la ‘patria inmobiliaria’ y del rector Hallú. Este cambio de posición vino acompañado de una extorsión a los estudiantes. Para forzar a los estudiantes a aceptar la venta de la parte requerida por Campsa señaló que ‘mejor aprueben la entrega de una parte, porque si no se quedan sin nada’. Aceptar esto significaría, para el CENBA, abandonar la defensa del colegio.

La posición privatizadora de la rectora, que pertenece a Proyecto Sur de Solanas y Lozano y al Partido Socialista Auténtico, debe ser clarificadora para todos aquellos que nos recriminaron que estábamos equivocados en oponernos a las autoridades y que reclamábamos un Centro de Estudiantes independiente de la rectora y de todas las autoridades de la UBA. Quienes atacaron entonces al FEL deben reconsiderar sus posiciones frente a esta nueva situación.

Respuesta estudiantil

La semana pasada, el CENBA tuvo la primera asamblea del año, que reunió 200 estudiantes (sin haber empezado aún las clases). Desde el FEL, la UJS-PO planteó su oposición a la entrega total o parcial del predio. Algunos compañeros de la Ceba (la nueva conducción), que se oponen al negociado, relativizaron el ataque al decir que “todavía no hay una idea clara y oficial de qué es lo que quieren hacer”, lo cual es falso porque el proyecto para la venta de una parte del Campo existe. Sin embargo, cuando propusimos que González Gass diera explicaciones a la asamblea, estuvieron en contra. De todos modos, se votó a favor de nuestra propuesta y la rectora, al hablar, mostró la hilacha privatista. En su exposición se manifestó a favor de la venta de una parte del Campo de Deportes agregando que ella se comprometía a que los fondos se utilizarían para equipar la parte del Campo que no sea vendido. La promesa de la rectora fue rechazada por los estudiantes: el equipamiento del campo -si es que los fondos realmente fueran para ese destino- no puede depender de la venta de una parte del mismo sino que es una obligación de la UBA y del gobierno.

Los estudiantes que participaron de la Asamblea dejaron en claro su voluntad como se demostró en las posiciones levantadas (“Abajo el pacto Macri-Hallú”, “No a la extorsión de González Gass”). Sobre la base de la clara muestra de independencia demostrada, hay que ampliar la base estudiantil del movimiento y conseguir el apoyo de todos los claustros, entre los docentes y también entre los egresados que masivamente se están empadronando para participar de la elección del Consejo Resolutivo.

Lucas Malaspina