Políticas

2/7/2018

Neuquén: acerca de la propuesta de unificación de la ‘oposición’

Respuesta a Marcelo Zúñiga

concejal de Neuquén por el PO-FIT

En una entrevista brindada por el concejal capitalino Marcelo Zúñiga a un matutino local, el dirigente del peronismo sintetizó la estrategia política de la fuerza que lidera. Allí planteó la unidad de toda la oposición, la que incluiría desde el MPN hasta el Frente de Izquierda pasando por el peronismo, de cara al proceso electoral de 2019.  


La convocatoria al MPN a un armado político común representa, de parte de un representante del peronismo neuquino, toda una definición política. Es claro que a Zúñiga no se le escapa el papel colaboracionista del MPN con el gobierno de Mauricio Macri. Su apoyo al ‘pacto fiscal’, a la reforma previsional y a la política energética de dolarización de las tarifas, no son, simplemente, ‘errores del pasado’ (reciente). Se trata de la viga maestra de la política emepenista, la que tendrá un nuevo capítulo cuando se trate el presupuesto 2019 en el Congreso Nacional. Moldeado por los dictados del FMI, el presupuesto será un nuevo mazazo contra la salud, la educación y los salarios de cada provincia.   


La pretensión de un armado político común con el MPN, aunque por el momento sólo sea en ‘grado de tentativa’, bastaría para impugnar un acuerdo con el propio peronismo. Es que nos convoca a coaligarnos con el partido que, al día de hoy, aún cobija entre sus filas al asesino de Carlos Fuentealba, al partido que se encuentra votando a favor del aborto clandestino, que mandó punteros a abrir las escuelas contra la huelga docente y que reprimió a los obreros madereros de MAM para proteger a un empresario vaciador. 


Las omisiones de Zúñiga, en torno a los antecedentes inmediatos del MPN y de su colaboracionismo con el gobierno Macri, tienen lógica. Pues el mismo papel que el partido de gobierno de Neuquén juegan los gobernadores peronistas, incluida Alicia Kirchner.  Zúñiga comprende muy bien que inculpar al MPN sería auto-inculparse. 


Finalmente, pero no por eso menos importante, no se debería pasar por alto el hecho de que la propuesta de Zúñiga tenga lugar a pocos días del paro nacional del 25 de junio. El más importante que se haya realizado bajo el gobierno de Macri. En él, se evidenció que el rechazo al plan de ajuste que el gobierno nacional y los gobernadores realizan contra los trabajadores, por cuenta y orden del gran capital, es creciente. A lo largo de los dos años y medio de gobierno macrista, sólo la clase obrera ha enfrentado consecuentemente el ajuste de Macri y su coalición política no declarada. 


La omisión a cualquier referencia al masivo paro nacional del 25 de junio no es por olvido. Se trata de una omisión deliberada, de parte de Zúñiga, para desviar la atención de los trabajadores del principal desafío que deben encarar en la presente etapa. A saber, superar el cuadro de contención que las burocracias sindicales de todos los pelajes le intentan imponer. Para eso, es necesario que la clase obrera tome la lucha contra el ajuste en sus propias manos. En esa pelea se dirime el futuro del país, pues sólo una acción de masas de los trabajadores  puede asestarle un golpe decisivo al ajuste. 

Justamente, en esa orientación estratégica se ha inscripto el Plenario del Sindicalismo Combativo que se desarrolló en Lanús el 23 de junio pasado. La izquierda, en tanto representación política de los intereses generales e históricos de los trabajadores, debe apostar a ese desarrollo político. Una acción histórica independiente de la clase obrera, a su turno, deberá desembocar en un gobierno de trabajadores.