El presupuesto 2024 de la provincia de Neuquén fue elaborado durante los largos meses del período de transición (abril a diciembre 2023) en forma conjunta por el gobierno saliente del MPN y los equipos del gobierno entrante encabezado por Rolando Figueroa. De un resultado financiero previsto de 106.500 millones de pesos, se terminó el ejercicio con un superávit de un billón de pesos. ¿Milagro? Para nada: pura y simple motosierra contra las y los trabajadores y los sectores populares.

Uno de los aspectos de ese hachazo mayor a lo presupuestado es la obra pública. Un simple repaso por aquellas obras presupuestadas que tuvieran asignado un monto superior a 1.000 millones de pesos a ejecutar con el presupuesto de este año demuestra que la inmensa mayoría no se ejecutó, permaneció paralizada durante todo el año o se realizó en una ínfima proporción.

Sobre un total de aproximadamente $ 118.600 millones para estas grandes obras (que hubieran ocupado miles de obreros de la construcción), son muy pocas las que tuvieron avance en el presente año. Solo para mencionar aquellas emblemáticas y de mayor monto podemos repasar el hospital norpatagónico en la capital ($14.745.593.226), obras de agua potable o tratamiento de líquidos cloacales ($9.800.000.000), obras de educación como la Epet 9 y 25, y otras ($4.600.000.000).

El sector de obreros de la construcción hoy se concentra en las torres de oficinas que se construyen bajo el paraguas de la especulación inmobiliaria y las obras civiles en los yacimientos hidrocarburíferos. Pero la obra pública brilla por su ausencia.

Luego hay decenas de miles de millones de pesos de casi imposible medición de lo realmente ejecutado. Por ejemplo el concepto “Conservación de la red vial” por $ 10.869.827.680; o “Servicios de agua y alcantarillado” por $ 12.000.000.000.

Otro ejemplo lo tenemos en la ley N.º 3426 de “emergencia penitenciaria” sancionada en febrero pasado, por la cual se autorizó al Poder Ejecutivo contrataciones directas y un endeudamiento de U$S50.000.000 para realizar obras de penintenciarías. Un día antes que finalice el año se conoció que las defensorías públicas alertan al gobierno por la crisis carcelaria y la superpoblación consecuente de presos en las comisarías. Han pasado 10 meses del Presupuesto 2024 sin que se ejecutara una sola obra carcelaria que alivie la situación inhumana que padecen los presos.

Ni hablar de la misérrima cantidad de nuevas viviendas construidas, en una provincia con un déficit habitacional enorme. Aún contando como obra pública de vivienda lo que son en realidad “soluciones habitacionales”, es decir construcción de alguna pieza, un baño u otra obra menor.

Todo lo que retaceó en 2024 lo anuncia para el 2025. Por ejemplo “la planificación de cinco escuelas técnicas nuevas”, cuando durante todo un año y aún con presupuesto asignado no puso un ladrillo ni en la escuela técnica Nº9 ni en la Nº25.

Un gobierno “desneuquinizante”

Aunque el slogan de campaña de Rolando Figueroa fue “Neuquinizate”, en una clara explotación de un subjetivismo colectivo chauvinista, a un año de gobierno la orientación es exactamente la contraria.

Si crece la pobreza y la indigencia, si crece el desempleo y la subocupación, es lógico que caiga el consumo de la población neuquina de menores ingresos. Esta caída del consumo popular en la provincia es producto que el gobierno ha puesto todos sus objetivos en satisfacer el consumo de un puñado de accionistas de aquí y de allá.

Este aspecto se aprecia muy nítidamente en que la creciente producción hidrocarburífera alimenta un creciente proceso de exportación de la misma, y la fuga legal e ilegal al exterior de cuantiosas divisas que forran los bolsillos de dichos accionistas.

El gobierno del “neuquinizate” ni se ruboriza de este proceso; al contrario, lo alienta. Y no puede ser de otra manera para un gobierno lacayo de las empresas petroleras y fiel aliado de Milei en su estrategia de fondo.

Es tan así que para combatir el hambre de las infancias es el propio gobierno el que anuncia como loable que “durante 2024 2.500.000 manzanas fueron entregadas a 120 mil alumnos de la provincia del Neuquén” (Neuquén Informa, 30/12/2024), o sea, 21 manzanas por año por estudiante, ni siquiera una por semana en una zona productora de manzanas. ¡Y eso es resaltado como un gran logro social del gobierno!

Mientras, fiel a su origen político, el gobierno explota la subjetividad chovinista de más de 60 años del MPN en el poder, sus actos concretos no son otra cosa que la “desneuquinización”, tal y como ocurrió en la versión original emepenista. No podría ser de otra manera.

Por eso el superávit fiscal y la mayor producción hidrocarburífera apenas dejarán migajas porque el año 2025 está signado por el interés del gobierno de Figueroa de ganar bancas propias en el Congreso nacional. Un acto de pura demagogia electorera. Es en ese sentido que el ministro de Economía, Guillermo Koening, anuncia en la página oficial de su ministerio que “la vedette del año que viene serán las obras”. Pero a renglón seguido pone el acento en que según la calificadora S&P Global Ratings la provincia pasó de una calificación de largo plazo de CCC a B, con lo cual lo está claro que el acento en el 2025 serán nuevos endeudamientos.

El ministro también dijo que “en el ejercicio 2024 se amortizó deuda por $167,5 mil millones”. Una cifra tan grande como las obras públicas paralizadas durante todo el año, y ofensiva cuando se la compara con una manzana por estudiante cada semana y media.

Al gobierno de Neuquén nada le importan las y los laburantes neuquinos, ni los que tienen trabajo, ni los que están desocupados, ni las niñeces ni las o los jubilados.

Ninguna demagogia “neuquinizante” puede tapar esta realidad, que habrá que enfrentar con la organización política independiente y la lucha colectiva. Así lo hicimos este año y lo haremos el entrante.

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