El gobierno del MPN ha salido a colocar, por tercera vez en los últimos cuatro años, títulos de deuda (Ticade) en el mercado internacional. En esta oportunidad, por 350 millones de dólares. La que era pintada como una operación de “éxito seguro”, se frustró. El gobernador electo de Neuquén y actual ministro de Economía de la provincia, Omar Gutiérrez, ha vuelto de su gira por Inglaterra y Estados Unidos con las manos vacías. Sucede que, aunque con tasas usurarias del 9%, el gobierno se daría por satisfecho, no ha conseguido ninguna oferta con tasas inferiores a los dos dígitos. La medida del gobierno nacional -de obligar a que los bonos de deuda sean contabilizados al valor del dólar oficial en vez del valor del ‘dólar contado con liqui'- ha encarecido aún más el crédito internacional para la Argentina.

La urgencia del gobierno del MPN por acceder al crédito responde a la profunda crisis financiera que atraviesa la provincia. El déficit anual se proyecta por encima de los 3 mil millones de pesos. El Estado provincial pretende refinanciar los vencimientos de deuda que afronta este año y cancelar la última emisión de Letras del tesoro, superiores a los 500 millones de pesos. Algunos analistas señalan que “sin estos fondos (por los que provengan de la colocación de los Ticade), la provincia no podrá pagar salarios” (Río Negro, 20/9). En este escenario, todo indica que el gobierno finalmente se someterá a los condicionamientos y exigencias del capital financiero.

Un endeudamiento en dólares y a tasas usurarias en las vísperas de una devaluación que todos admiten que se impondrá, representa una carga extra, inmensa para las arcas del Estado provincial. Esa carga pretenderá ser descargada sobre los trabajadores. En parte es lo que ya está sucediendo. Así lo atestigua la negativa del gobierno de reabrir las mesas de negociación salarial de docentes y estatales, o de restituirles la parte del salario confiscada por la cuarta categoría del impuesto a las ganancias. La deuda histórica que mantiene el Estado provincial con el Instituto de Seguridad Social, que ha llevado a que el organismo acumule deudas con los diversos prestadores de servicios y se le recorte prestaciones a los trabajadores, es otra expresión de cómo la crisis está siendo pagada por los trabajadores.

El cuadro se termina de completar con la crisis petrolera. La contundente caída del precio del petróleo en el último período, no sólo afecta en la retracción de ingresos a las arcas provinciales. El subsidio al barril del petróleo, que los gobernadores petroleros y Scioli se comprometieron a sostener, no tiene como contrapartida, ni siquiera la defensa de los puestos de trabajo. Avanzan los despidos masivos y los recortes salariales. El golpe a la fuerza de trabajo mejor remunerada de la provincia funciona como un factor de retracción de la economía provincial. Ya hay alerta en el sector inmobiliario por la incapacidad de trabajadores petroleros de pagar alquileres por los recortes salariales. A su vez, redundará en una presión a la baja de los salarios del conjunto de los trabajadores de Neuquén.

El lugar de las elecciones

A la luz del escenario arriba descripto, las elecciones de Neuquén y Cutral Có, el 4 de octubre, recobran un valor especial. Neuquén concentra la mitad de la población de la provincia. Cutral-Có es un distrito petrolero por excelencia. El ingreso de la izquierda a ambos concejos deliberantes posicionaría, en lugares clave, a la única fuerza política que lucha para que la crisis la paguen los capitalistas. Sería un factor de potenciación de la resistencia y la lucha de los trabajadores contra el ajuste.

La campaña que el Partido Obrero en el Frente de Izquierda se encuentra desarrollando en ambos municipios, se combina con iniciativas parlamentarias que apuntan a colocar en el centro político la agenda de los trabajadores.

Como ya hemos dicho, el ingreso a los concejos deliberantes se ha revelado como una pelea más que difícil. En la última semana, la militancia multiplicará y concentrará sus esfuerzos