Políticas

12/8/2022

Neuquén: el MPN “de los orígenes”

La coartada de varios partidos y organizaciones para ingresar a las colectoras oficialistas.

Felipe Sapag asumiendo en 1963. Desde entonces a hoy el MPN gobierna Neuquén.

Diversos partidos (como el UNE, integrante del Frente de Todos), organizaciones sociales como el MTD e incluso sindicatos como ATE entre otros pujan por ser parte del MPN (Movimiento Popular Neuquino), encubriendo esta orientación oficialista en reivindicar “el MPN de los orígenes”. Período en el cual, según sus apologistas, el MPN habría jugado un papel “progresista” y de “honestidad”. Se ensalzan los primeros años de gobierno de Felipe Sapag, y a la figura de este como “el mejor gobernador”.

Mientras afirman esto, no dejan de apoyar y ser parte de toda la política del MPN “de la actualidad”. Es decir, se trata de un taparrabos para propios y extraños. Pero, ¿que fué el MPN “de los orígenes”?

El MPN nace de una traición

Se fundó como partido provincial en el año 1961, como cobertura electoral del PJ que estaba proscripto, y con la finalidad de que cuando el peronismo recuperara su legalidad, el MPN se disolviera. Cosa que nunca cumplió.

Vicente Palermo en su libro “Neuquén: la creación de una sociedad” cita el acta fundacional del MPN, donde se dice expresamente que “el propósito es mantener enarboladas para siempre las tres banderas que simbolizan la Justicia Social, la Soberanía Política y la Independencia Económica… Estando negada la participación en la lucha electoral al Partido Justicialista… Acordemos sustituir como medio efectivo la denominación por Movimiento Popular Neuquino… Para el caso de que a nuestro partido, el Movimiento Nacional Justicialista, le fuera levantada la proscripción… El partido que surge de este congreso… Caducaría”.

Por supuesto, eso de “caducar” nunca ocurrió. O sea que el “compromiso de honor” de los firmantes de aquel acta fundacional se perdió bajo la alfombra. Accede al gobierno de Neuquén por primera vez en el año 1963, y desde entonces gobierna la provincia ininterrumpidamente (aún bajo las dictaduras militares de 1966 a 1973 y de 1976 a 1983), sobreviviendo a otros partidos provinciales que directamente se fusionaron a partidos nacionales o desaparecieron.

El MPN y el frondicismo

El recien fundado partido gana las elecciones de 1962, convocadas por el presidente Arturo Frondizi (UCRI), quien luego interviene las provincias donde habían ganado candidatos justicialistas. Pero en Neuquén hizo una excepción. La firma de los contratos petroleros del gobierno nacional de Arturo Frondizi, y la actuación en Neuquén de varias empresas extranjeras (como la Standard Oil, hoy la Exxon, Astra) necesitaba de cierta estabilidad política en las provincias con recursos hidrocarburíferos. “La Standard Oil actuaba también en la provincia de Salta” (Orieta Favaro, Territorio – Estado. La explotación del petróleo en un espacio nacional. Neuquén, 1918-1955). No por casualidad fue otra de las provincias no intervenidas por Frondizi.

El negocio petrolero y el MPN van de la mano desde “los orígenes”. Cuando el MPN asume el gobierno al inicio de la década de los ’60, ya funcionaba el ducto que transportaba petróleo desde la provincia hasta Puerto Rosales (hoy administrado por Oldelval) y se explotaban varias áreas petroleras: “La participación de Neuquén en el total nacional de petróleo –apenas provincializada (1960)– era del 10%, mientras que el gas era del 8,3% (1960)” (Orieta Favaro, idem). En 1964 se descubre petróleo en la zona de Rincón de los Sauces, y durante los primeros años del gobierno emepenista, se construyó la destilería de Plaza Huincul.

Es decir, por lejos la actividad hidrocarburífera era una de las principales fuentes de recursos y la principal actividad económica de la provincia. Y como en la actualidad, el MPN “de los orígenes” actuó como lobbista de las petroleras, sea la “nac&pop” YPF o las extranjeras.

El MPN y el onganiato

A partir del gobierno de la dictadura militar encabezada por el general Juan Carlos Onganía, el gobernador de Neuquén, Felipe Sapag, fue destituído. Pero en 1970, como consecuencia de la intervención de Felipe Sapag ante la huelga conocida como “Choconazo”, el gobierno militar lo nombra interventor de la provincia. El propio ministro del Interior de la dictadura, el general Imaz, define a Sapag como “un hombre consustanciado con los objetivos y la política de la Revolución Argentina”.

Y es el propio Felipe Sapag el que en su libro “El Desafío” dice que el general Onganía lo citó ante “el grave conflicto generado por los trabajadores (sic) de las obras del Chocón, puesto que una huelga persistente creaba graves problemas”, y que él acepta ser interventor “para normalizar la situación de inestabilidad social de la provincia, para contribuir a promover la paz y la tranquilidad necesarias para el desarrollo de la gran obra hidroeléctrica del Chocón”.

Es decir, actúa como un factor del orden capitalista a favor de una dictadura militar y los intereses patronales de la multinacional Impregilo-Sollazo, constructora de la obra El Chocón, y contra cuyos abusos y superexplotación estalló la huelga. También en salvataje de la burocracia sindical de la Uocra, superada por la medida obrera. Fue el propio Felipe Sapag, apenas días después de asumir como gobernador de facto, el que realizó un acto donde “felicitó y homenajeó a los policías que actuaron en El Chocón” (Diario Río Negro, 23/03/70, citado por Juan Quintar en su obra “El Choconazo”).

El MPN y los negociados financieros

Al inaugurar las sesiones legislativas del año 1964, Felipe Sapag denuncia que el Banco de la Provincia está intervenido por el Banco Central de la República Argentina por su situación “de quiebra”, con “créditos incobrables que superan los $200.000.000, mientras el capital del Banco de la Provincia es tan solo de $60.000.000” (El Desafío). Y como para demostrar que los fondos previsionales financian la especulación financiera desde “el origen”, en la misma obra se dice que “El Banco de la Provincia, por insolvencia financiera, tiene retenidos 167.000.000 de pesos de aportes de jubilación” (El Desafío, página 46). Para la época, ese monto significaban más de un millón de dólares de aquel entonces.

La quiebra del Banco de la Provincia la había provocado una empresa vial (Caminera Vitullo S.A.) en complicidad con directores del capital privado en el Banco de la Provincia, que era mixto.
Como se explicó en la reunión de gabinete del 29 de noviembre de 1963, el “monto de 167.000.000 de pesos ha sido absorbido por los créditos concedidos… a empresas del grupo Vitullo”. (El Desafío, pagina 31).

Pero el gabinete no propone la expropiación de los bienes empresarios, sino “estatizar el Banco de la Provincia, aumentar su capital”. Es decir, tolerar el vaciamiento y la fuga de los fondos del Banco, que no eran otros que los fondos previsionales de la Caja jubilatoria, o sea, el salario diferido de las y los trabajadores estatales. Lo cual se consolida a través de la ley Nº 395 del año 1964, por la cual se procede a estatizar el Banco de la Provincia, ya recapitalizado con fondos fiscales.

El MPN y las industrias

En el año 1964, la Legislatura neuquina, bajo un MPN con quorum propio, vota la ley Nº 378, llamada de promoción industrial. Por la misma se otorga toda clase de eximiciones impositivas, créditos subsidiados y tarifas diferenciales en los servicios para las industrias.

Por supuesto no produjo siquiera un boom de armadurías al estilo Tierra del Fuego en décadas posteriores. Pero sí le puso alfombra roja a determinadas empresas, como es el caso de la petrolera Perez Companc S.A., que se anotó con una fábrica de cemento en Zapala amparada en dicha “promoción”.  Y tal como hoy lo hacen los gobernantes del MPN en sus peregrinajes por Houston o Europa, basta leer el discurso que el gobernador Felipe Sapag dio en noviembre de 1965 en el Plaza Hotel de Buenos Aires ante los empresarios del Instituto de Investigaciones Económicas y Financieras, ofreciendo toda clase de prebendas para instalarse en la provincia. (El Desafío, página 89)

Vana tarea es la de los actuales conversos al emepenismo: argumentar ser partidarios de abrevar en el MPN “de los orígenes”. En aquel entonces, en el mientras tanto y ahora, el MPN ha sido y será un partido del orden capitalista, de la entrega de los recursos, de adaptación a lo que llaman el “centralismo porteño” (que merece otro artículo) y eternamente con una política antiobrera y antipopular. La tarea en Neuquén (y el país) es poner de pie la superación de esta encerrona patronal con un movimiento de independencia política de los trabajadores bajo banderas socialistas. Nuestro partido está en eso.

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