Antes que Milei emitiera la muletilla que “no hay plata”, la frase fue utilizada por el actual gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, antes de asumir el pasado 10 de diciembre. Desde entonces, viene aplicando un riguroso plan de recortes presupuestarios y de servicios, y, como contraparte, un agravamiento del endeudamiento provincial.

El resultado es una rebaja de los salarios de bolsillo de 70.000 estatales al aumentarles en seis puntos los aportes a la caja previsional y la obra social, el recorte de miles de planes provinciales de asistencia, el no pago de las cuadrillas de obras de las organizaciones sociales y el vaciamiento de la ayuda social a merenderos y comedores barriales.

A fines de febrero, sin un acuerdo salarial vigente con esos miles de estatales (docentes, administración pública central, sociedades y empresas del estado, etc.), apunta a abandonar la actualización trimestral por IPC, y no ha realizado aún una propuesta ni en grado de tentativa, a pesar de toda una ronda de reuniones con los sindicatos.

El 82% de la deuda en dólares de la provincia es la prioridad de la orientación económica y social del gobierno. A lo que agregó ya en sociedad con el gobernador saliente (durante la transición de 10 meses entre uno y otro) nuevos 150 millones de dólares.
El propio ministro de Trabajo y Desarrollo Laboral del gobierno actual sostuvo que “el volumen de pagos de deuda en moneda extranjera previsto para el ejercicio del año 2024 se aproxima a los 302 millones de dólares”.

Su responsabilidad

Rolando Figueroa fue vicegobernador del MPN, y, en tal carácter, presidente de la Legislatura (organismo que aprueba los endeudamientos) durante el mandato 2015-2019.
Fueron cuatro años de una escalada de endeudamientos, a partir del inicio mismo de las actividades No Convencionales en Vaca Muerta, cuyas regalías se pusieron sistemáticamente como garantías de las deudas en dólares contraídas.

Por citar algunos ejemplos, en 2017 se habilitó a la emisión de los bonos TINEDEU por U$S 377.000.000 a una tasa de interés de hasta cinco puntos por encima de los bonos que emite el Estado nacional. Precisamente la primera cuota de vencimiento de capital (U$S 29.000.000) de esos bonos es el próximo 27 de abril.
Un año antes, en 2016, se había emitido otro bono de deuda, el TICADE, por U$S 350.000.000, en similares condiciones.
A esto debe agregarse una festival de emisión de Letras del Tesoro en pesos por miles de millones.

Toda esta deuda en divisas o atada al dólar está calculada en el Presupuesto del presente año, con un promedio anual del dólar de $496. Esta paridad ya era el doble desde el primer día del año por las devaluaciones de Massa y por las de Milei-Caputo. Con lo cual, las partidas para el pago de deuda para el año 2024 deberán al menos duplicarse y aumentarán con las nuevas devaluaciones.

Entonces, claro, el gobernador dice: “no hay plata”… para educación, para salud, para obras o para ayuda social, porque en realidad cada peso recaudado y quitado a salarios y las partidas que cubren necesidades populares está al servicio del pago de la descomunal deuda contraída en moneda estadounidense y a tasas de usura por él mismo como vicegobernador y presidente de la Legislatura y ahora como gobernador electo.

¿Y la recaudación de enero?

La recaudación de impuestos provinciales del primer mes del año pasado se difundieron por el organismo recaudatorio provincial en la primer quincena de febrero 2023. El gobierno anunciaba un crecimiento de esos ingresos muy por encima de la inflación en plena campaña electoral oficial para abril de ese año.

Este año, estamos a finales de febrero, en medio de “conversaciones” salariales con las y los estatales, y aún no se conocen las cifras recaudadas en enero 2024. Este año, para una recaudación muy por encima de la inflación, el monto de enero debería superar los $50.000 millones. Estamos ante un ocultamiento de información al conjunto de la población. Porque con ese monto en un solo mes se cae la muletilla que “no hay plata”.

Los recortes de transferencias nacionales los han pagado los laburantes estatales, los planes sociales y los comedores barriales, por lo que la recaudación de enero, que hasta hoy se oculta, irá de lleno al pago de la deuda usuraria en dólares y a las jugosas comisiones de los intermediarios financieros (Banco Galicia, Banco Macro, J.P.Morgan). Así un puñado de parásitos nacionales y extranjeros se quedan con la plata de miles y miles.

Esos son los reales intereses para los cuales el gobernador defiende los ingresos nacionales, no para las y los trabajadores y las barriadas populares. Es necesario aplicar un impuesto progresivo y permanente a las grandes rentas y fortunas, investigar la deuda y garantizar salarios estatales equivalentes a la canasta familiar indexados a la inflación, plata para vivienda, educación, salud y asistencia social.

El 1º de marzo cuando inaugure las sesiones, nos movilizaremos con las cacerolas vacías hacia la Legislatura para denunciar esta orientación social rabiosamente antipopular del gobernador.

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