Políticas

8/11/2021

Neuquén: los puntos negros de un Presupuesto 2022 de ajuste

Que sostiene los negociados de las petroleras, los bancos y fondos buitre.

Se acaba de enviar a la Legislatura el proyecto de Presupuesto 2022 de la provincia. Con un mensaje del gobernador Omar Gutiérrez se presentó un presupuesto con superávit primario de $25.389 millones (ingresos corrientes versus gastos corrientes) pero también financiero de $14.766 millones (luego de pagos de deuda).

Aunque el propio gobierno advierte que luego de cubrir el déficit del ISSN (obra social y caja previsional) por unos $10.000 millones el superávit financiero se reduciría muchísimo, no es otra cosa que un chantaje ante reclamos de recomposiciones salariales aduciendo que no puede porque está cubriendo ese déficit. Pero es el propio gobierno el que lo provoca, y lo usa como una excusa para justificar reformas previsionales que aumenten la recaudación a costa del salario y las jubilaciones.

La tónica general de presupuesto está basada en que el año entrante, a escala mundial, se mostrará una superación de la crisis capitalista, con las potencias económicas en plena senda de crecimiento firme. Parte de un estimación del FMI de un crecimiento del PBI de la economía mundial de un 6% al finalizar este año y de un 5% el año próximo. Lo cierto es que las previsiones son de un crecimiento 1% inferior en 2022 que en el presente año. Obviamente tomar solamente el ángulo exitista por parte del gobernador está en función de sostener la política centrada en la exportación de la producción hidrocarburífera.

Los datos sociales y el optimismo oficial

Mientras el presupuesto describe una situación de mayores ingresos fiscales y crecimiento económico, los datos que son sensibles para el conjunto de la sociedad que vive de su trabajo apuntan en el sentido contrario.
El cuadro que muestra el trabajo registrado en el sector privado en la provincia está aún 7.000 puestos por debajo de la prepandemia (una baja del 6%).

El proyecto de presupuesto admite que los indicadores de pobreza, al primer semestre del año, muestran un porcentaje de hogares pobres del 32,3%, con 41% de personas por debajo de la línea de pobreza, ¡casi la mitad de la población! En ambos casos supera la media nacional.

Sobre la tasa de desempleo se informa que Neuquén tiene 1,5 puntos menos que a nivel nacional. Es decir que en la provincia hay más pobreza pero con menor nivel de desempleo, lo cual indica que gran parte de la masa asalariada está bajo esa línea, tanto en la actividad privada como en el empleo público.

Por otro lado, de prevé la construcción de unas 800 viviendas nuevas para toda la provincia, que significa poco más del 1% del déficit habitacional registrado.

Los datos del presupuesto sobre inversiones hidrocarburíferas son lapidarios. Para el año en curso apenas se ha recuperado el nivel de inversión del año del pacto con Chevron (2014), previo al despegue de Vaca Muerta. El pico inversor se registró en 2015, y desde entonces siempre ha sido decreciente (2016 un 26% abajo y 2019 un 12% menor, ambos años previos a la pandemia). Respecto al 2015 ha caído abruptamente la inversión en métodos convencionales (de unos u$s1.800 millones en 2015 a unos u$s150 en 2019). La desinversión en los yacimientos convencionales está en picada desde hace siete años.

Pero incluso la inversión en no convencionales estimada para 2021 se ha reducido entre un 10 y un 15% respecto a niveles de la prepandemia (años 2018 y 2019). La huelga de inversiones en la industria hidrocarburífera es irrefutable, como es irrefutable que se baten récords de producción con menor cantidad de operarios. ¡Superexplotación al palo!

También es irrefutable la huelga del pago de regalías. El propio proyecto de presupuesto reconoce que el precio del barril sobre el cual se pagan ese tributo es de u$s53 dólares, cuando ese mismo petróleo (que en un 10% se exporta), está en el orden de los u$s85 dólares/barril. Un dato reiteradamente denunciado en Prensa Obrera y que implica la evasión o elusión de pagos, solo por ese 10% exportado de unos u$s250 millones por año ($25.000 millones al cambio oficial actual). ¡Un presupuesto de Salud completo!

Siempre el endeudamiento

Si bien a fines del año pasado la provincia llegó a un acuerdo con gran parte de los tenedores de deuda en moneda extranjera, esta sigue consumiendo un 43% del presupuesto proyectado del año 2022. Y si se suma la deuda con actualización por CER, se llega al 70% de la deuda total. Es que a pesar de que por aquel acuerdo del año pasado se postergaron pagos, en cifras del año 2022 se proyecta pagar $12.000 millones en intereses y $27.000 en amortización de capital.

Aún se están pagando bonos emitidos varios años atrás, letras y créditos que la han transformado en una bicicleta que se recicla, porque para el año entrante se prevé tomar deuda por $27.600 millones, es decir se vuelve a endeudar casi exactamente por el monto que paga. Las tasas usurarias, quedan evidenciadas en que un tercio de lo que se abona es en concepto de intereses, y esto se repite año tras año.

La devaluación del peso (al tener un 70% de deuda ligada a la paridad cambiaria o la inflación), constituye una sangría eterna y anticipa que estas cifras pueden llegar a ser muy superiores -porque se han calculado sobre la base de suponer que el dólar estará a $131 en diciembre de 2022. Febrero, abril, octubre y diciembre del año entrante tienen vencimientos récord de esa deuda.

Un nuevo año en que el presupuesto, a pesar de pintarlo “color esperanza”, muestra la orientación política del gobierno provincial de someter la vida y la sobrevivencia de miles de neuquinos a los negociados de las petroleras, los bancos y fondos buitre.

Este presupuesto de ajuste requiere preparar un plan de lucha por el salario, la jubilación y la educación y salud pública. Por un congreso conjunto de trabajadores estatales para votarlo.

Es una razón más para ser cientos de fiscales el próximo 14 de noviembre y votar al FIT-U para colocarlo en la disputa de una banca por Neuquén en el Congreso Nacional.