Unos 8.000 trabajadores petroleros, algunos con sus familias, se reunieron en el centro de la ciudad de Neuquénn convocados por el sindicato, para realizar una “asamblea” (un acto en realidad, puesto que sólo hablaron los dirigentes). Semejante movilización se convirtió de hecho en un paro de actividades, puesto que en los yacimientos sólo quedaron guardias mínimas.

La convocatoria estaba motivada por el vencimiento de los plazos de la conciliación dictada por el Ministerio de Trabajo, sin que las empresas cedan en su objetivo de despedir y rebajar salarios.

Bajo presión

La conducción del sindicato llegó a este acto bajo una tremenda presión, con miles de compañeros “haciendo base” desde hace meses y con sus salarios reducidos, con decenas de equipos de perforación parados y un proceso de desinversión en mantenimiento y servicios en los yacimientos que se traslada a las pymes, algunas de las cuales no pagaron aún los salarios de marzo. La crisis de las pymes, muchas con sede en Cutral Có y Plaza Huincul, llevó al intendente cutralquense (Ramón Rioseco) a advertir que “vamos a un estallido social” (La Voz de Neuquén, 16/4).

Los oradores detallaron todos los pasos que había dado el sindicato en función de sostener el empleo y los salarios desde fines del año pasado. Sin quererlo, dejaron en claro que toda su política ha sido un fracaso: las empresas exigen despidos y bajas salariales como condición para reactivar cualquier equipo.

Ricardo Astrada (secretario adjunto) y Guillermo Pereyra (secretario general) recordaron que apoyaron las prórrogas de las concesiones, que luego firmaron la “paz social” y aceptaron el recurso preventivo de crisis, que también acataron la conciliación obligatoria (ahora estirada hasta el 6 de mayo). Sin embargo, no consiguieron que las petroleras cedieron un milímetro o un peso de inversión.

El reclamo de paro era general, lo cual llevó a Pereyra a anunciar el corte de suministro si al vencer la conciliación hay despidos o rebajas salariales. Este anuncio mereció la más estruendosa ovación del día. Ha madurado el paro general de los petroleros.

Dos planteos sin eco

Estaba presente en el palco el secretario general de la CGT local y candidato “k” para diputado nacional, el mercantil Sergio Rodríguez, a quien se le cedió el micrófono.

Pereyra aprovechó luego para anunciar que el sindicato apoyaría la candidatura de Rodríguez. Un silencio helado, hostil, recorrió la concurrencia. No era eso lo que la multitud había ido a escuchar. Pereyra fracasó también en eso de pasar de contrabando la campaña a favor del candidato kirchnerista.

En su discurso, Pereyra pretendió establecer una diferenciación entre petroleras “buenas”, que invierten (Total, Chevrón), y las “malas” que paran equipos (Petrobrás, Repsol, Apache). Está buscando puntos de apoyo y aliados. Por eso llegó a plantear que, a través de los diputados provinciales “petroleros”, pedirá a la Legislatura “…que se les quite la concesiones de las áreas y se la den a la empresa neuquina estatal (Gas y Petróleo de Neuquén S.A.) para que se asocie con los quieran invertir”. (Río Negro, 24/4). De este modo se mete en la interna empresaria petrolera con base en la crisis capitalista.

Los trabajadores saben perfectamente que todas las petroleras han bajado su actividad é inversiones. Todas tienen personal propio o de las contratistas “haciendo base”.

El volante del Partido Obrero

Llevamos un volante a la asamblea que planteaba, en su título, la ocupación de toda empresa que suspenda o despida. Tuvo una muy buena recepción; nos lo pedían y fue leído atentamente dentro y fuera del predio. Incluso se lo pasaban de mano en mano puesto que no alcanzó la cantidad de volantes ante semejante multitud.

El paro está recontramaduro. Pereyra espera no tener que llegar a él. Los petroleros expresaron sus ganas de hacer morder el polvo a las empresas.

Antonio Arjona