Neuquén no es una isla
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Las reuniones realizadas por Sobisch con Patricia Bullrich, López Murphy y el propio Patti para conformar el – ya vapuleado – Movimiento Federal, además de mostrar a las claras cuál es su posición política, no distraen a los neuquinos de los momentos cada vez más difíciles que se viven en nuestra provincia y de que su “modelo de exportación” no convence a nadie.
Rimbombantes anuncios fueron realizados la semana pasada a través de los medios de difusión por el gobierno provincial: “Prevén 1.200 puestos de empleo, Neuquén reactiva la obra pública. Incluye hospitales, escuelas, unidades penitenciarias y gimnasios en varias localidades de la provincia. Por ahora, inyectarán seis millones. Prometen compensar los mayores costos” (Río Negro, 17/7). En la misma línea propagandística se publica: “Petrolera invierte en Neuquén 43 millones de dólares. Pioneer reveló su plan para reactivar pozos de petróleo y gas, y construir un gasoducto. Se crearán 800 puestos de trabajo en forma inmediata. El anuncio se hizo ayer en la Casa de Gobierno, con la presencia de Sobisch” (Río Negro, 20/7).
Sin embargo, nada de esto ha podido disimular la verdadera realidad de la situación neuquina. No es necesario recordar los anuncios que este mismo gobernador hizo tiempo atrás cuando prometió 10.000 puestos de trabajo tras la prórroga concedida a Repsol-YPF, o la otra mentira de mandar trabajadores rurales a España en contratemporada.
Las estadísticas (disfrazadas) que presentó el Indec en cuanto a la región demuestran que se han incrementado en 6.000 los empleos destruidos en los últimos meses, sobre una población económicamente activa de 123.509 personas, lo que lleva a 26.000 compañeros sin trabajo en la región (Neuquén-Plottier) y eleva al 21% el índice de desocupación – aumentando en un 37% en el último año – , el cual llega a un 35,7% entre desocupados y subocupados, colocando a la provincia entre los distritos más problemáticos.
De los trabajadores con empleo, es dable destacar que 52,4% del total presenta problemas para poder mantenerse en el sistema; 22.000 ocupados cobran menos de 200 pesos mensuales. La misma fuente afirma que no son considerados desocupados los que están en los planes de empleo, lo mismo ocurre con los cartoneros – tan “de moda” en estos tiempos – , vendedores ambulantes y ¡hasta gente que participa del club del trueque!
Esto, cuando las regalías llegaron a un nivel récord: “Entre enero y junio pasado, la administración de Jorge Sobisch vio ingresar 248 millones de pesos, una cifra que supera en el 1% a la que percibió en total durante los doce meses de 2001 – que fue de 245 millones de pesos – , producto del precio del crudo (27,5 dólares por barril), y la devaluación argentina” (Río Negro, 16/7).
Mientras la desocupación crece, los propios “dirigentes sindicales” tienen que salir a reconocer que la misma tendría que superar el 35%. “Nunca tuvimos una desocupación tan importante en Neuquén como se está viendo ahora”, tuvo que reconocer Julio Ojeda (interventor de la Uocra). Por otro lado, el secretario general de Comercio, Sergio Rodríguez, expresó que “desde enero hasta ahora, 400 personas fueron despedidas”.
Mientras, estos “dirigentes” se pelean como perros carroñeros para ver quién obtiene mayor rédito de estas prometidas inversiones. “Nosotros intentaremos que nuestros obreros desocupados entren a trabajar en esas obras, pero primero los de Rincón y último los de Rincón”, manifestó el delegado de Rincón de los Sauces en alusión a los gremialistas de Cutral Co y Neuquén con interés en la delegación local. En contraposición aseguran: “Estamos esperando una resolución de la Uocra central Buenos Aires, para que saquen a Guerrero y de esa manera sí estará garantizada la mano de obra para los desocupados, de lo contrario no se sabe a quiénes van a acomodar” (Río Negro, 24/7). Mientras esto sucede, la desocupación sigue haciendo estragos en los hogares de las familias obreras, por lo tanto se hace imperiosa la necesidad de conformar organizaciones que aseguren los puestos de trabajo y fortalecer el reclamo; nombrar una Comisión provisoria en la Uocra, de manera de asegurar que los puestos de trabajo sean garantizados por los propios obreros y no sean tomados como botín de guerra por estos seudodirigentes.