Neuquén: Ocupemos los municipios y la legislatura
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Luego de haber gobernado sucesivamente por tres períodos, el oficialista MPN ha dejado a la provincia del Neuquén en bancarrota. En realidad, el MPN ha venido gobernando desde hace 30 años, a través de gobiernos tanto constitucionales como militares. El gobernador actual, Sobisch, subió en 1991 con un discurso capitalista “modernizante”, pero hoy el balance es categórico. Nadie sabe en qué se gastaron los 600 millones de dólares en bonos que recibió la Provincia por su tajada de la “privatización” de YPF. El Banco del Neuquén está en quiebra —se dice que “el nivel de pérdidas rondaría los 2,5 millones por mes” (Diario de Río Negro, 13/9), por lo que Sobisch pretende despedirse del cargo emitiendo un bono cancelatorio de las deudas morosas, transformando a la deuda privada en pública. El monto de esta estatización de las estafas capitalistas se mantiene en secreto. Mientras tanto, la obra pública está parada y entre subocupados y desocupados la provincia registra a más del 30% de la población.
Esta bancarrota provocó una crisis en el MPN, en la que Sobisch quedó en franca minoría. La mayoría se pasó a la fracción de Felipe Sapag, que “se colocó en la posición de víctima” (Río Negro, 17/9) y salió a denunciar el contubernio Sobisch-Menem, que él mismo apoyó desde el llano. Esta denuncia le valió a Sapag pasar al frente en las encuestas, con más del 60% de la intención de voto.
Desplazado, Sobisch se largó a cerrar los últimos negociados, como la adjudicación a la empresa brasileña VASP de la compañía regional de aviones TAN, y hasta renovó por anticipado el contrato con IBM. En este punto estalló un “conflicto de intereses”, por cuanto Luis Sapag es “un comerciante de computadoras” que pretende manejar directamente los contratos. En minoría, Sobisch, tuvo que recurrir al PJ (cavallista), para aprobar concursos, contratos y leyes.
Pero Sapag pretende ser un Sobisch IIº. Machaca sobre la quiebra financiera de la provincia para justificar su próximo “plan de ajuste”, es decir, el despido de empleados públicos y el recorte del presupuesto educacional y de salud. El 14 de mayo pasado, Sapag promovió activamente el apoyo a Menem, e incluso hizo un acuerdo con la Ucedé para distribuir las boletas con la candidatura de Menem.
Aunque critica los negociados y privatizaciones de Sobisch, Sapag no ha sido mezquino a la hora de definir si seguirá o no por ese camino.
A través de su hijo, Luis Sapag, ha anunciado (ver libro El Dinosaurio Amarillo):
1. La municipalización y privatización de los servicios de agua y saneamiento (pág. 61).
2. La ratificación y extensión del actual contrato informático con IBM para la administración pública (con sus respectivos sobreprecios) (págs. 51-52).
3. El acuerdo en entregar los yacimientos de gas de la zona de Plaza Huincul, al pulpo Cominco, reconociendo que Sobisch “hizo viable la iniciativa” (págs. 30 y 55).
Como se puede apreciar, el sapagismo va a las elecciones del próximo 8 haciendo gala de una duplicidad que supera sus propios registros pasados.
Pero detrás de Sapag se ha encolumnado hasta el CTA. ATE, su “columna vertebral”, acaba de armar una lista con el MPN para las elecciones en la cooperativa eléctrica CALF, encabezada por el concejal felipista Ricardo Brissio.
El Frepaso, en cambio, pretende ganarse el apoyo y el dinero de los grupos capitalistas ligados al sobischismo. Oscar Massei, candidato a gobernador del Frepaso, fue promovido a la Corte provincial por el actual oficialismo, lo que le da “autoridad” para basar su campaña en la defensa de la “seguridad jurídica” (textual), es decir, en el respeto a los actuales negociados. El centroizquierdismo en general aún no ha reparado que la defensa del “estado de derecho” en un régimen de pillaje, no es otra cosa que la defensa de los derechos adquiridos por los saqueadores.
Desocupación
El tema dominante para las masas es la desocupación. La municipalidad de Senillosa volvió a ser ocupada la semana pasada, para reclamar el pago del subsidio al parado que la Legislatura tuvo que votar hace unos veinte días, ante la belicosidad de los sin trabajo. Centenario fue varias veces un polvorín por las movilizaciones de casi el 70% del pueblo; el domingo 24 se movilizaron 15.000 trabajadores. A comienzos de setiembre, fue ocupada la municipalidad de San Martín de los Andes, y en la capital neuquina el intendente fue tomado de “rehén” hasta que se pagara el subsidio. En casi todas las ciudades se han formado comisiones de desocupados.
El PO concurre aliado al Mas en el Frente de Izquierda. La campaña del PO tiene por eje la reivindicación de que el subsidio al parado se eleve de 200 a 500 pesos; de que sea pagado sin discriminación a solteros o mujeres, ya que la ley sólo beneficia a los que llaman “jefes de familia”; y de que su recaudación y distribución se efectúe bajo el control de los trabajadores ocupados y desocupados.
Con la consigna “Ocupemos las municipalidades y la legislatura, vote al F.I.”, el PO declara su intención de convertir a sus parlamentarios en delegados y voceros de las masas en lucha.