Políticas

7/8/1996|505

Neuquén se subleva

La situación política provincial ha pegado un violento giro.


La organización y movilización de los desocupados prosigue en todo Neuquén. Siguiendo el ejemplo de los ya famosos ‘piqueteros’, están desbordando a los gobiernos municipales. En muchas localidades tratan en forma directa con el gobierno provincial. En Loncopué, Senillosa, Piedra del Aguila, Centenario, etc., con el corte de rutas y la ocupación de las intendencias —en algunos casos, con la simple amenaza— se logró extender masivamente el cobro de los subsidios a los desocupados, el reparto de bonos gasíferos y otras concesiones (obras públicas, etc.). Pero, como señalara el editorial del domingo 21 de julio del diario Río Negro, “nada que se haga en este plano alcanzará, porque tan pronto se entrega un subsidio acá, se levanta otra población allá”.


Un giro impuesto por la crisis


La profundidad de la crisis y el incremento fenomenal de la organización y movilización de los explotados llevó al gobierno sapagista a adoptar un conjunto de medidas preventivas del estallido de nuevas rebeliones como la de Cutral Co, a la que la burguesía caracteriza como sólo la ‘punta del iceberg’.


*A través del decreto 1840 declaró “la emergencia ocupacional” para “hacer respetar a rajatabla las 8 horas de jornada laboral” (declaraciones del ministro de Gobierno, 26/7). En la construcción, en las petroleras o en los supermercados es habitual la jornada de 10 a 12 horas, a veces reconocida bajo la forma del pago de horas extras o “incentivados a la productividad” y otras en negro. Con esta medida, según el gobierno, se pretende obligar a una mayor contratación de mano de obra hoy desocupada.


*Sapag anunció también la ampliación de la recaudación sobre las empresas que explotan los hidrocarburos en la provincia. Pretende elevar la alícuota que tributan por Ingresos Brutos; aplicó, por ley, una tasa al gas que se ventea (que se tira al aire), que evidencia que los privatizadores no han cumplido con una serie de obras, así como un efectivo control de los volúmenes de extracción sobre los que se liquidan las regalías. Actualmente, son las mismas empresas las que declaran cuánto volumen extraen y liquidan las regalías falseando las cifras de producción.


*Amenazó con aplicar impuestos a las tierras improductivas. En un acto realizado en la localidad de Senillosa, Sapag declaró que “ya no tiene paciencia y en el corto plazo, al que no trabaje la tierra, le será expropiada” (Río Negro, 28/7). Hace unos meses había caracterizado a Senillosa como una población “inviable”, destinada a desaparecer junto a sus 6.000 habitantes.


La reacción del gran capital


Estas medidas gubernamentales están siendo resistidas por las grandes cámaras patronales. Las petroleras, la filial neuquina de la cámara de la construcción y los supermercadistas se han opuesto a la limitación del horario de explotación de los trabajadores. Si bien Sapag propone la reducción de la jornada laboral a 8 horas, lo que llevará a una reducción salarial, las patronales no quieren perder ‘su derecho’ a defender la jornada laboral ‘flexible’, de acuerdo a sus necesidades de producción. A su vez, los monopolios que explotan los hidrocarburos provinciales han vuelto a sabotear, por segunda vez, la licitación para contratar sistemas de telemedición de la cantidad de gas y petróleo que extraen y sobre el cual deben pagar regalías.  El diario Río Negro (3/8) informa que “la relación entre las explotaciones petroleras y otras instituciones sociales no pasa por su mejor momento”, a raíz de un choque entre Oscar Vicente, presidente de la Cámara de Empresas Petroleras Argentinas, y el gobernador, alrededor de la ley que aplica una “tasa ambiental” al gas que se ventea.


Con el garrote…


Sapag pidió a la ‘oposición’ menemista una “tregua” política de varios meses, “para encontrar una salida a la crisis social y ocupacional”, lo que revela que las medidas sapagistas apuntan a desmovilizar a los neuquinos. Este pedido fue “virtualmente aceptado por la oposición” (Río Negro, 26/7). Sin embargo, para el editorialista del diario Río Negro (28/7), “es improbable que la gritería de los superpobres pueda ser acallada con la ayuda de la oposición”. El PJ neuquino, en cambio, se ha opuesto hasta el momento a la propuesta del gobernante MPN, porque defiende directamente al gran capital. 


Por eso es que, simultáneamente, el gobierno provincial no sólo no libera a Panario y Christiansen, sino que hace un mes metió preso a Estrada, otro de los activistas del movimiento de desocupados que fuera reprimido el 2 de octubre del 95. Al mismo tiempo, se desarrollan operativos  parapoliciales, secuestro de ‘piqueteros’ como en Cutral Co y de concejales de la oposición al MPN (ver carta de una dirigente de los desocupados de Neuquén).


Las medidas de Sapag apenas rozan la superficie de la crisis económica y social neuquinas. Pero han abierto un debate provincial y en el movimiento obrero sobre la jornada de trabajo, los salarios y las medidas para enfrentar el marasmo provincial. Más todavía, la situación tiende a agravarse por el sabotaje patronal a cumplir con el pago de las regalías o las 8 horas. Al mismo tiempo, por el incremento de la efervescencia obrera y el florecimiento de activistas populares, el gobierno provincial comenzó con una selectiva intimidación contra la vanguardia de los movimientos populares.


El movimiento obrero y de los desocupados debe tomar la iniciativa


Las burocracias de los sindicatos apoyaron el decreto de las 8 horas, incluida la reducción salarial, “por solidaridad con los desocupados”. Pero rápidamente, en el movimiento obrero, se abrió un debate: que se apliquen las 8 horas sin reducción del salario. Este planteo ganó rápidamente los gremios, y así se explica que la Comisión Directiva y el cuerpo de delegados del sindicato de petróleo y gas privado, publicara una solicitada  reclamando “sin dilaciones la firma de un convenio colectivo de trabajo”, para “que las 8 horas de labor diaria tengan como resultado un salario digno y mejores condiciones de trabajo”, o que la dirección burocrática de la UOCRA exija una “compensación salarial” por las menos horas que se trabajen. Se trata de planteos confusos, que buscan desviar la atención de los trabajadores, porque la consigna elemental y simple es: 8 horas sin ninguna reducción salarial. Esta consigna se enlaza al conjunto de reclamos y medidas para hacer frente a la crisis y al sabotaje capitalista:

    

*8 horas de trabajo sin reducción salarial. Ocupación de toda empresa que boicotee el decreto provincial y mantenimiento de la marcha productiva de dichas empresas bajo control de los trabajadores.

*Subsidio sin discriminaciones, a los desocupados mayores de 16 años, de 500 pesos. Incorporación a los planteles permanentes de quienes trabajan hoy bajo la ley de ‘subsidios’ 2128.

*Anulación de las reducciones salariales a los trabajadores docentes y estatales.

*Convocatoria a paritarias para recuperar todas las conquistas arrebatadas por la política ‘flexibilizadora’ del menemismo.

*Triplicación inmediata de las regalías a los pulpos petroleros. Control de los trabajadores directamente en las fuentes, de las cantidades que declaran haber extraído los monopolios. 

*Plan de obras públicas bajo control de los trabajadores y desocupados.

*Libertad a Panario, Christiansen y Estrada. Cese de las persecuciones policiales y jurídicas. Organizar la autodefensa de los barrios contra las amenazas parapoliciales.


Multiplicar la organización de los desocupados en todas las localidades y barrios. Marchar hacia un II Encuentro Provincial de organizaciones de desocupados, abierto a todos los gremios y organizaciones en lucha, para coordinar la movilización de los explotados neuquinos tras su programa de reivindicaciones. ¡Que la crisis la paguen ellos!