Políticas

29/7/2010|1139

SANTIAGO DEL ESTERO

No a los candidatos de la impunidad

En la provincia de Santiago del Estero, las movilizaciones contra el gatillo fácil y otros crímenes impunes son una constante. Ayer se realizó la marcha número 79 convocada por los “Familiares víctimas de impunidad”.

La marcha se dirigió a la Liga Santiagueña de Fútbol, responsable de las mafias del deporte, y a la casa de gobierno. Desde allí, marchamos al centro, donde realizamos un acto de denuncia al que se sumaron numerosos vecinos. El acto se hizo en el lugar donde al día siguiente Cristina Kirchner junto a su gabinete reinauguraron el cabildo histórico de Santiago del Estero –lugar donde funcionó la Jefatura de Policía– y que el gobierno de Zamora mandó a quemar cuando se acuartelaron los policías resistiendo una reestructuración de la cúpula policial.

Santiago fue sacudido en los últimos años por casos criminales que trascendieron la provincia y que incluso suscitaron en su momento importantes procesos de movilización popular. Zamora impulsó una política dirigida a disipar todo proceso de organización y movilización democrática, y procuró por todos los medios encubrir la responsabilidad de Estado y sus aparatos de represión en los mismos. Como resultado de ello, la mayoría de los casos están completamente impunes. Es lo que ocurre con el doble crimen de la Dársena, donde sçolo se dictó una sentencia y la mayoría de los involucrados quedó en libertad. O con la masacre del penal de varones, donde se produjeron casi 40 muertes y en la que los responsables políticos y materiales del hecho aún están libres. La misma impunidad se ha impuesto para los laboratorios y el gobierno responsables de haber habilitado a la provincia para la experimentación de vacunas de neumococo, que tuvo como saldo la muerte de decenas de niños y bebés. Otro caso emblemático es el del trabajador de rentas Raúl Domínguez, secuestrado y asesinado luego de haber realizado denuncias sobre una organización mafiosa para desviar fondos del Estado.

La lucha contra la impunidad, por el juicio y castigo a los responsables de todos estos crímenes es inseparable de la lucha por el salario y las jubilaciones, por el trabajo genuino, por la expulsión de los terratenientes usurpadores de las tierras de los pequeños campesinos: en definitiva, la lucha contra el régimen capitalista y sus gobiernos al servicio de los intereses de los poderosos.

El Partido Obrero es la única fuerza impulsora de la movilización y la coordinación de los familiares para que, a través de la lucha, se pueda imponer el fin de la impunidad.