En los debates plenarios de la Constituyente, una de las constantes oficialistas fueron las “réplicas” del “Indio” Romano, convencional alperovichista de Barrios de Pie, contra las intervenciones del PO.

 

Por su obsecuencia y mediocridad, las intervenciones de Romano fueron, incluso, motivo de velada sorna entre los propios oficialistas. El colmo se produjo el lunes pasado, cuando Daniel Blanco denunció la acción represiva contra el PO, relacionándola con la represión desatada contra los jóvenes que, en la noche del sábado 20, habían desafiado con una nueva concentración la “veda nocturna” dispuesta por el gobernador.

 

Fiel a su costumbre, Romano destacó el carácter “democrático” de un gobierno que “hasta permite marchas” (sic) y “deja (sic) que todos se expresen”.

 

Luego de denunciarlo como un potencial represor, Martín Correa señaló: “hay cierto convencional, señor presidente, que me recuerda una escena de la película italiana Nos habíamos amado tanto. En ella, Vittorio Gassman personifica a un ex abogado de trabajadores, ahora conchabado por su suegro, un gran empresario. Interrogado éste sobre la ‘fidelidad laboral’ de su yerno, el industrial responde: “No hay peligro. No hay nada mejor que un ex izquierdista para defender los intereses patronales”.

 

Romano no volvió a abrir la boca a lo largo de las quince horas de sesión.