Políticas

14/8/2019

Nuestro balance de las elecciones en Chaco

Las elecciones nacionales en Chaco dirimieron, además de la pelea nacional, la disputa interna del oficialismo local entre Domingo Peppo (actual gobernador) y Jorge Capitanich (ex gobernador e intendente de Resistencia), que competían por la candidatura a senador del peronismo, pero con la mira en la elección de gobierno provincial cuya presentación de listas cierra el 24 de este mes.


Los resultados fueron contundentes: a pesar de un enorme despliegue de aparato el actual gobernador tuvo una magra elección con el 20% de los votos, frente a un 40% de Capitanich que llevó su boleta pegada a la de Fernández – Fernández. Ello intentó ser contrarrestado con el reparto masivo de la boleta de Peppo – Gustavo Martínez junto a la de los Fernández, propiciando el corte de boleta, para lo cual contó con el respaldo de la mayoría de los intendentes. Pero lo que pesó en la elección fue el descontento con el gobierno -en medio de los ataques al salario docente y la crítica situación del sistema de salud-, que fue visto como colaborador del ajuste de Macri, quien retrocedió 15 puntos desde la última elección y cosechó el 25%.


El lugar de tercera fuerza fue ocupado por NOS, de Gómez Centurión, que capitalizó el voto celeste y evangélico, que llevó a los candidatos de Acción Chaqueña en la provincia. Superó incluso a Lavagna, cuyos candidatos locales pasaron las PASO por estrecho margen. Acción Chaqueña prácticamente redujo su campaña a la movilización de la base evangélica, y sus candidatos casi no aparecieron en medios de comunicación, redes ni afiches. La ofensiva evangélica, además, colonizó políticamente a todo el espectro patronal, como se vio en el masivo acto de “Invasión del amor del dios” del que participaron Capitanich, Peppo y toda la dirigencia radical. La dirigencia política del Chaco no ha dudado en sumarse a este carro oscurantista y enemigo de los reclamos más elementales de las mujeres.


Nuestra elección


En este cuadro, el Partido Obrero – Frente de Izquierda sufrió un retroceso electoral. No llegó al 1,5% necesario para pasar las PASO en ninguna de las categorías, obteniendo un 1,3% a diputados y senadores nacionales. Esto implica un retroceso respecto de la elección presidencial de 2015 -cuando habíamos pasado las PASO por escaso margen-, y es más acentuado en relación al avance obtenido en la última elección, cando conquistamos la banca de Aurelio.


En este resultado pesó indudablemente la interna del PJ, que utilizó Capitanich para apuntar la crítica a los gobiernos nacional y provincial, canalizando así en gran medida un voto contrario al ajuste.


Pero, a su vez, el Partido Obrero sufrió en los meses anteriores a la elección enormes ataques políticos, que se concentraron especialmente en la figura de Aurelio. Por nuestra defensa del acceso a la tierra para las familias humildes, los medios masivos de Resistencia desarrollaron una enorme campaña contra el PO, que fue rematada con una oleada de desalojos en todo el Gran Resistencia a fines del 2018. Complementariamente, desde las redes sociales y los medios de comunicación se jugaron a instalar la idea de que nuestra banca legislativa era inactiva, un balance falso que desmentimos mostrando la participación activa del PO y de Aurelio en todas las luchas populares de la provincia, la agenda de proyectos presentados y las interpelaciones a la ministra de Educación, al presidente de la empresa de agua Sameep y al ministro de Hacienda. También fuimos atacados por la Iglesia, por nuestra defensa del derecho al aborto y la educación sexual integral. Sufrimos además un fuerte bloqueo en los medios importantes de la provincia, que nos limitó a la hora de responder estos ataques.


Estos ataques, sin dudas, hicieron mella en un sector del electorado, especialmente en Resistencia. Será tarea de la próxima etapa profundizar los esfuerzos para explicar nuestro programa y dar una batalla política abierta contra la ofensiva de la iglesia y el gobierno.


Lo que se viene


El resultado electoral, de todas maneras, no opaca la intensa movilización política desplegada por el PO. Con 300 fiscales en toda la provincia y con un desarrollo de la campaña en los distritos, dimos una pelea política voto a voto por colocar la agenda de los trabajadores en la campaña electoral y esclarecer el carácter patronal de los bloques en pugna. Este desarrollo militante es el principal resultado de la elección, porque sirve para preparar las batallas que se vienen.


La etapa posterior a las elecciones será fuertemente convulsiva. Por un lado, estará marcada por un deterioro económico producto de la fuga de capitales y de la extorsión de los mercados internacionales, la banca y el FMI para imponerle sus condiciones al próximo gobierno nacional. Por otro lado, estará marcada por la crisis política en la provincia, ya que el PJ ha quedado quebrado por la ruptura y el derrumbe del gobierno de Peppo.


La militancia debatirá en un plenario abierto, el sábado 17, este balance electoral y los pasos a seguir ante lo que se viene. El Partido Obrero tiene ganado su lugar en la lucha de clases en Chaco, en defensa de los reclamos de los trabajadores y por una salida obrera y socialista a la crisis.