Políticas

21/5/2020|1594

Nueva ola de contagios de coronavirus en los hospitales porteños

En los últimos días asistimos a una nueva ola de contagios de Covid-19 en los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires.


En el Rocca se cerró el primer piso de internación ante el contagio de una enfermera contratada recientemente y con un segundo trabajo en el sector privado. En el Udaondo, una residente y un camillero se contagiaron de una paciente porque no se activó el protocolo necesario (no fue testeada, pese a presentar síntomas sospechosos); sus compañeros fueron forzados a seguir trabajando, con amenazas de sanciones y descuentos.


A su turno, en el Durand se contagiaron tres enfermeros y tres médicos ante una alta demanda de atención y fallas en las condiciones de bioseguridad. Y en el Fernández se registraron dos contagios en médicos, y sus trabajadores denuncian falta de espacio, ventilación y medidas preventivas.


Como se ve, la precarización laboral y la desidia gubernamental son los principales factores de riesgo entre los profesionales de la salud. El pluriempleo, la falta o el defecto de los protocolos, las precarias condiciones de bioseguridad y el hacinamiento, entre otros temas, siguen causando contagios entre los trabajadores de la salud como hace un mes y medio atrás.


El tiempo transcurrido no fue utilizado para preparar adecuadamente al sistema sanitario y permitió, en cambio, el avance del virus que tiende a concentrarse en los barrios populares. La cuarentena fue el principal recurso al que apeló el gobierno para contener el alza de los contagios y ahora el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, la flexibilizó, permitiendo el funcionamiento de casi toda la actividad comercial, mientras la curva pega un salto.


Frente a los nuevos casos de contagios en profesionales, no tardaron en aparecer quienes buscan responsabilizarlos: TN (16/5), por ejemplo, sostiene que los médicos del Fernández se habrían contagiado por compartir un almuerzo sin tapabocas. No innovan: hace un mes atrás, el ministro de Salud nacional, Ginés González García, hablaba de contagios de contacto horizontal y pedía a los profesionales ser menos omnipotentes. Para ese entonces, el gobierno de Larreta perseguía trabajadores del Hospital Moyano con la ley de procedimientos administrativos de la Ciudad, por denunciar la falta de Equipos de Protección Personal. Varias direcciones hospitalarias siguieron ese camino. El guión oficial de “se contagian entre ellos” reaparece ahora como una farsa, mientras el salto de los contagios en las barriadas pone a los hospitales públicos bajo una amenaza de colapso.


Este cuadro requiere medidas de fondo para proteger a los trabajadores de la salud y garantizar la atención sanitaria. Ante la proximidad del pico de casos y su concentración en las villas de la Ciudad es necesario disponer de todos los recursos del sistema de salud (público, privado, obras sociales) en un comando único estatal con control de sus trabajadores. Junto con un aumento salarial de emergencia, esta medida posibilitaría terminar con el pluriempleo y las extenuantes jornadas laborales que exponen a los trabajadores, a la vez de posibilitar una mayor rotación del personal.


En esta perspectiva, residentes y concurrentes preparan medidas de lucha. En Enfermería está planteado relanzar la pelea por el pase a la carrera profesional. Ante una nueva ola de contagios, organicemos una nueva ola de luchas de los trabajadores de la salud.