Políticas

31/7/2018

Nuevo golpe sobre los salarios obreros: pagarán más Ganancias

Abajo el impuesto al salario.

La seguidilla de golpes sobre el bolsillo de los trabajadores que está dando el gobierno vía modificación de contribuciones, dio una nueva vuelta con la reducción establecida en las deducciones por hijo del Impuesto a las Ganancias, que ahora solo podrán ser computadas por uno de los padres, (o el 50% cada uno), aunque ambos sufran retenciones por esta carga. 


La medida, que ha sido cuestionada por especialistas por inconstitucional, supone un desembolso adicional de unos $10.000 al año para el trabajador alcanzado por el impuesto.


El golpe actual se suma al que dio el gobierno el pasado diciembre cuando liquidó la posibilidad de realizar deducciones por otros parientes (padre, madre, nietos, nietas), cuando estos se encontraban a cargo del trabajador contribuyente. 


Entonces el gobierno también le sumó una baja en edad máxima de los hijos (de 24 a 18 años) para que éstos sean sujetos pasibles de deducción en el pago de ganancias.

La restricción actual a las deducciones alcanza incluso a los hijos mayores de 18 años, con incapacidad para el trabajo. 


Y, en todos los casos, solo será posible realizarla (llega a unos $2.600 mensuales) siempre que los padres no estén recibiendo una asignación familiar por el hijo.

Esta nueva exacción a los bolsillos de los trabajadores se suma a la reciente reducción de las asignaciones para los hijos de familias obreras de provincias de la Patagonia y otras zonas desfavorables. En el caso de la Patagonia, con salarios más altos por el mayor costo de vida en la región, esta medida supone un doble golpe en los enflaquecidos salarios obreros.

Pasó al olvido 


Los distintos partidos patronales (PRO, massismo y FpV) habían prometido eliminar o reducir sustancialmente la carga de Ganancias sobre los salarios, cuando se trataba de hacer demagogia en el curso de la pasada campaña electoral. Una promesa que fue rápidamente olvidada por el gobierno que ha mantenido y agrava sistemáticamente la carga en los salarios por este impuesto, sin que la oposición se diera por enterada. Por el contrario, el gobierno y la pseudo oposición patronal votaron en el Congreso la perpetuación por ley de este gravamen injusto.


El gobierno lanza esta ofensiva mientras ratifica a viva voz que la oligarquía puede quedarse tranquila ya que seguirá en pie la reducción sistemática de las retenciones a las exportaciones. Y todas las patronales podrán seguir celebrando porque se mantendrá la baja creciente en los aportes patronales a las cajas jubilatorias, aunque esto suponga un creciente desfinanciamiento de las mismas.


El impuesto a las Ganancias en sí mismo tiene un carácter discrecional. Es que el salario no es ganancia –como lo entiende cualquier trabajador– y no debe estar alcanzado por este tipo de carga. 


Desde el Partido Obrero planteamos que hay terminar con esta exacción. Hay que anular el impuesto sobre los sueldos de los trabajadores y poner fin al gravamen de la cuarta categoría y establecer un mínimo no imponible para el resto de los contribuyentes equivalente a tres salarios medios de convenio.

Hay que eliminar todos los impuestos al consumo que recaen mayoritariamente sobre la población trabajadora. 

Mayores impuestos sí, al gran capital y a las transacciones financieras.