Políticas

4/6/1998|587

Ola de luchas en todo el mundo

Miremos a nuestro alrededor. Los regímenes más anti-obreros y reaccionarios se van cayendo a pedazos. Es lo que pasó hace dos semanas con Suharto y hace más de un año con Bucaram en Ecuador y con la derecha en Albania. En otras partes ese relevo fue ‘menos traumático’, como en Gran Bretaña o Francia, pero no por eso inmune a crisis inminentes. En Rusia, el comuno-capitalista Yeltsin se encuentra virtualmente acorralado en el Kremlin, debido a una descomunal crisis económica y a una extraordinaria ola de huelgas. En nuestro continente, el Cardoso brasileño se ha juntado a su colega Menem en el despeñadero del desprecio popular.


La causa de todo esto es harto simple. Las economías capitalistas se están cayendo como castillos de naipes en todo el mundo. Todo el sudeste de Asia, con esa extraordinaria potencia que es Japón, anuncia una contracción económica brutal, que va del 15% en Indonesia, a tasas de entre el 5 y el 10% en los otros países, como Singapur, Malasia, Hong Kong, Tailandia, Australia; se prevé para Japón una recesión del 4%; también para India y Pakistán se prevé un retroceso importante. En Rusia, Ucrania, Estonia, Letonia, Bielorrusia, la república checa, Yugoslavia, se esperan cifras similares a las del sudeste asiático.


Pero eso no es todo, porque la extraordinaria devaluación del yen japonés amenaza desatar una onda de devaluaciones, principalmente en China, Hong Kong y Taiwan. El derrumbe del rublo pondrá en cuestión toda la ‘apertura’ capitalista en la ex Unión Soviética, dado que provocará una nueva hiperinflación y una sangría aun mayor de recursos nacionales. Estas dos perspectivas harán volar la‘prosperidad’ norteamericana y europea por los aires, porque está basada en la especulación, en la inflación del valor de los capitales y en tasas de desocupación extraordinarias.


No ha sido necesario llegar a este punto, sin embargo, para que la acción popular se pusiera de manifiesto, incluso en forma revolucionaria. Luego de derrocar a Suharto, centenares de miles de personas han salido a las calles en la provincia de Java para derrocar a su sucesor; incluso militares retirados han pedido que se forme un gobierno provisorio que llame de inmediato a elecciones. En Corea del Sur, una huelga parcial de 100.000 obreros paralizó por 48 horas a la gran industria la semana pasada y volverá a hacerlo la que viene, en la perspectiva de una huelga general indefinida. Corea del Sur es la sexta potencia industrial. En Rusia las huelgas de hace dos semanas sólo se levantaron parcialmente; continúan en numerosos astilleros, entre los docentes y los trabajadores de la salud. En Brasil, el movimiento de los trabajadores sin tierra se ha convertido en pocas semanas en una organización de masas en el nordeste del país, pues ya reúne a 50.000 campesinos. Ahora en Francia, la huelga de Air France y la prevista para la semana próxima del sistema de transporte ponen en crisis la capacidad del gobierno ‘socialista’ francés de organizar un mundial.


En este marco internacional, la prensa informa que en los últimos diez meses se han retirado de América Latina 84 mil millones de dólares de fondos de inversión privados. Las Bolsas no paran de caer; crece el déficit fiscal y aumentó el déficit comercial. Argentina necesita 20 mil millones de dólares de afuera para cerrar sus cuentas, mientras que Brasil precisa de la friolera de 68.000 millones de dólares. Nuestras naciones han sido llevadas por el capitalismo a la bancarrota. Un ‘soplo’ japonés, chino o ruso y el edificio de Menem y Cavallo que la Alianza jura defender volverá a caerse para no levantarse más.


Que el barco se hunde lo muestra la conducta de las ratas que se pasean por él. El noticiario nacional sólo sabe de corrupciones, crímenes políticos, estafas, desfalcos, explosiones premeditadas de arsenales, jueces vinculados con cafisios, asesinatos de niños y jóvenes por el narcotráfico encubierto desde el poder,coimas en la Capital de la Alianza, lo mismo que en Córdoba, ni qué decir del bussismo en Tucumán que ha logrado sobrevivir por la impotencia incurable, cuando no por la complicidad de justicialistas, radicales y frepasistas, que sabotearon toda forma de movilización popular contra el genocida y ladrón.


El justicialismo y la Alianza ven planear la división como consecuencia de que son incapaces de gobernar, pero cubiertos además por el lodo y el fango de la corruptela y el delito.


Mientras tanto, en Córdoba y en Neuquén los trabajadores protagonizamos grandes jornadas de huelga contra los despidos y la flexibilización, y contra la destrucción educativa. Los docentes de capital luchamos contra la ‘reforma laboral’ de De la Rua, lo mismo que los trabajadores de la salud, contra la destrucción de los hospitales, y los del Colón contra la privatización de la cultura. Los bancarios del Patricios llevan ya dos meses de lucha contra el vaciamiento capitalista y por el reintegro de todos los trabajadores. Hace tambien dos meses, los mineros del Turbio hicieron tronar el escarmiento contra los explotadores y, dos semanas atrás, el electorado de Santa Cruz ha colocado en virtual fracaso a la intentona re-reeleccionista de su nacionalista gobernador, que no dice nada contra la ‘soberanía compartida’ que Menem está pactando con los piratas respecto a Malvinas.


Las condiciones para acabar con este régimen de hambre y miseria se van reuniendo. Para ello es necesario que las organizaciones obreras rompan con las patronales y sus partidos y llamen a un plan de lucha y a una huelga general para que se saque la ‘reforma laboral’ del congreso, para acabar con la flexibilización, para llevar el salario mínimo a 1.200 pesos y para recuperar todo el poder adquisitivo que fuimos perdiendo desde la dictadura militar. Pero decir romper con la burguesía y organizar la lucha hasta la victoria, quiere decir tambien formar un partido obrero, un partido de trabajadores, para dejar de seguir a nuestros verdugos y actuar en función de una estrategia política propia, clasista, socialista e internacional.


1998 puede convertirse en un año revolucionario.