Políticas

27/7/1994|424

Omar Carrasco no “desertó”; José Leiva no se “suicidó”

Hace pocos días, la Armada informó del suicidio del conscripto José Leiva en la base naval Tomás Espora de Bahía Blanca. Las circunstancias del “suicidio” eran, cuando menos curiosas: ante cinco testigos, el concripto habría arrancado el fusil a uno de sus compañeros, lo cargó y se disparó en el pecho. En otro comunicado, la Armada informó que el conscripto había dejado una carta dirigida a su madre en la que explicaba los motivos del “suicidio”.


Los familiares de Leiva han denunciado que “José no se mató”. Su hermana denunció que José “jamás pudo haber escrito una carta por la sencilla razón de que ‘no sabía escribir’” (Crónica, 26/7). Como la cúpula del Ejército está embarrada hasta el cuello en el encubrimiento del asesinato de Carrasco, la cúpula de la Armada está metida en el encubrimiento de los asesinos de Leiva.Y agrega la hermana que “diez días antes de su muerte, José había estado en su casa de Villa Guadalupe, en General Sarmiento, y estaba muy contento porquer le faltaba poco para la baja”.


Los familiares de Leiva señalan como responsables a los oficiales de la base: “El lunes —denuncia su hermana— tuvo un enfrentamiento con un jefe y en medio de la contienda apareció otro jefe y le dijeron que lo iban a castigar”.


Omar Carrasco no “desertó”; José Leiva no se “suicidó” sino que es una víctima más de la brutalidad de la oficialidad reaccionaria y de la política de encubrimiento del régimen menemo-alfonsinista con los asesinos.


Juicio y Castigo a los asesinos de Carrasco. Juicio y castigo a los asesinos de Leiva.