Como en una escena del virreinato, el aguatero recorre varios barrios de la zona oeste de Rosario, donde viven 25 mil personas. Son diez barrios, entre ellos El Hornerito, Los Cardos, Monte Olivos, Villa Banana, Vía Honda. Cinco camiones van y vienen distribuyendo agua desde la mañana a la noche. Hay otros seis barrios que tienen agua pero la presión es muy baja. Es una postal implacable del fracaso de las privatizaciones.

 

Frente al retiro de Suez, el gobernador Obeid creó una sociedad anónima (Aguas Santafesinas), en la que el Estado provincial se hace cargo de los desastres dejados por APSF (Suez), sobre todo de las millonarias obras de reparación e instalación de infraestructura. Una vez saneada, ASSA podrá volver a ser privatizada.

 

A fines de marzo se aprobó una ley que autoriza la constitución de emprendimientos “mixtos”, es decir la asociación entre una sociedad anónima (de capital estatal) y otra privada; se deja librado a la discrecionalidad de Hacienda y Obras Públicas la elección del socio. La nueva ley autoriza a los emprendimientos mixtos a intervenir en la ejecución, operación y mantenimiento de obras de servicio público, ampliación de obras y financiamiento. Pueden organizarse como sociedades anónimas, fideicomisos o bajo cualquier otra forma o modalidad que resulte apta para financiarse. Aguas Santafesinas tiene al frente del directorio al funcionario reutemista Venezia, responsable de la desarticulación de Dipos (Dirección Provincial Obras Sanitarias) que permitió en 1995 que fuera privatizada y se transformara en Aguas Provinciales de Santa Fe (Grupo Suez).