Los dirigentes de las principales cámaras patronales dieron su apoyo al acuerdo del gobierno con el FMI, en línea al rechazo de las consecuencias que un default acarrearía para sus negocios privados. Este “respaldo” es circunstancial, cuando persisten las dudas sobre el proyecto oficial y las expectativas en medidas de fondo (fiscales, laborales, monetarias) para satisfacer sus necesidades.

Uno detrás de otro, los dirigentes patronales tomaron la palabra para instar a los legisladores a que aprueben el acuerdo con el FMI, que se pondrá a consideración en el Congreso de la Nación.

“Consideramos que la Argentina no debe caer en default, algo que sería realmente grave para el país”, señaló en la comisión en Diputado el presidente de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja. Posición compartida con el presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto, quien añadió que “el acuerdo se debe firmar porque precisamos un país integrado y accesos a los créditos internacionales”.

La primera preocupación patronal proviene de recuperar las vías privadas de financiamiento internacional, encarecidas y obstruidas por la amenaza de default del país y el dilatamiento de las negociaciones entre Alberto Fernández y el Fondo.

Los representantes de los capitalistas “nacionales” son cautelosos a la hora de apoyar el proyecto de fondo pactado por el gobierno, por miedo a una afectación futura a sus intereses particulares. Son conscientes que la obligación asumida con el FMI implicará, entre otras cosas, una mayor presión recaudatoria, al tiempo que las patronales buscan desmantelar la “carga tributaria” y sus obligaciones económicas respecto a los trabajadores.

Poniendo las cartas sobre la mesa, Antonio Aracre, de Syngenta, también manifestó su acuerdo con la aprobación del acuerdo para agregar a renglón seguido que “al día siguiente de que se vote en el Congreso, se debe hacer una mesa para alinear expectativas”.

Las patronales tienen en agenda temas como la reforma laboral y tributaria, y la reducción de la inflación, en clave de disminución de las expectativas salariales de los trabajadores en las próximas, y subsiguientes, paritarias. Además de evitar eventuales “intervenciones” del Estado en sus ganancias y renta extraordinaria, algo de lo que ya está insinuado en la propia letra del acuerdo con el Fondo.

El apoyo general de los capitalistas al acuerdo con el FMI de cuenta del carácter de clase del pacto ruinoso negociado por Alberto Fernández. Rechacemos esta nueva entrega con la movilización de los trabajadores, como punto de partida para enfrentar la ofensiva antiobrera de las patronales.