Políticas

15/1/2019|1579

Pacto social contra el salario y las paritarias

"Tenemos que desindexar la economía”, proclama el gobierno.


Pero la carestía sigue. Los “precios cuidados” de Fernández han tenido un aumento de hasta el 85% en los últimos meses frente a una tibia rebaja del 8% en estos días.


La inflación de enero sería del 4%.


El aumento salarial por decreto del gobierno ya se licuó antes de cobrarlo. Y, además, sólo lo cobrará una parte de los trabajadores. Lo que sí, se ha descartado continuar con las cláusulas gatillo, allí donde había.


El gobierno ha reclamado a los gremios “prudencia” a la hora de la discusión laboral. O sea, vamos a paritarias amañadas y con techo.


Mientras, la movilidad jubilatoria se ha suspendido. En marzo habría un aumento por decreto, obviamente inferior al que hubiera correspondido por el sistema anterior.


Es decir, lo único que se ha desindexado son los ingresos de los trabajadores.


En el medio continúan los despidos abiertos (Siderca) o encubiertos como retiros voluntarios, o jubilaciones anticipadas. Fracasó la doble indemnización para parar los despidos.


La meta está puesta en el superávit fiscal para encarar las negociaciones para el pago de la deuda.


En lugar de que la plata vaya al bolsillo de los argentinos, como prometía Alberto Fernández, va a ir al de los bonistas y acreedores privados.


Eso no va a evitar un default, como ya ocurre con los bonos de la provincia de Buenos Aires.


Kicillof propone un reperfilamiento -o sea, la misma salida que ya fracasó con sus antecesores macristas.


Y que va a fracasar de nuevo. La deuda es fraudulenta e impagable. 


Fernández actúa con el colaboracionismo de los dirigentes sindicales y de los movimientos sociales cooptados por el gobierno. Carlos Acuña, uno de los secretarios generales de la CGT, avaló la idea de suspender paritarias. En el mismo sentido, Roberto Baradel (CTA) se pronunció por extender las sumas fijas en el tiempo.


En esto consiste el llamado Pacto Social. Llamamos a oponerle un Congreso de Bases de los trabajadores ocupados y desocupados para debatir nuestros reclamos, impulsar un plan de lucha y discutir un programa propio de salida a la crisis nacional.


La imponente rebelión en Mendoza, el triunfo obtenido por los compañeros estatales del Inti que arrancaron la reincorporación de los despedidos, la dura lucha fabril librada por los papeleros de Kimberly Clark, muestran las reservas y las tendencias de lucha que anidan entre los trabajadores.