Políticas

23/10/1998|605

Para Fidel es ‘ilegal’

Como cualquiera lo ha podido leer en los diarios o ver en la televisión, Fidel Castro denunció la detención de Pinochet en Londres como"legalmente cuestionable y una amenaza para la situación de Chile". Se manifestó preocupado de que pudiera dividir a las "fuerzas progresistas", en referencia al gobierno cristiano-socialista con sede en Santiago. Con esto, el jefe de Estado de Cuba hizo algo más que oponerse al reclamo de condena que exigen todos los pueblos del mundo; se declaró solidario con la "transición" chilena que está regida por la Constitución pinochetiana y que convirtió a Pinochet en senador vitalicio. Queda en la nada, entonces, la impresión de que Castro hubiera actuado por la preocupación de que algún poder judicial ‘supranacional’ o no cubano pueda tomar la detención de Pinochet como antecedente para operar contra la revolución cubana. En este sentido, los poderes ‘supranacionales’ ya han agotado, durante treinta años, todas sus triquiñuelas contra Cuba. En la práctica, hoy ocurre lo contrario, porque desde la ONU para abajo todos los poderes‘supranacionales’ protestan contra el bloqueo a Cuba (incluido el Vaticano), sin que los Estados Unidos presten la menor atención.


La declaración de Fidel Castro responde a la política de apoyar a los gobiernos de turno que reconozcan diplomáticamente a Cuba, no importa lo reaccionarios que sean. En 1994, apoyó el ingreso del gobierno de Menem al Consejo de Seguridad de la ONU y, cuando fue cuestionado por esto en el Foro de San Pablo, que tuvo lugar en La Habana en julio de ese año, respondió que a Menem lo habían elegido los argentinos.