Para que se escuche la voz de los vecinos
Que se vote
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El conflicto por denuncias de corrupción en Los Ralos que iniciaron los trabajadores de la Comuna, y que hoy moviliza a una gran parte del pueblo, está lejos de cerrarse. Es tan contundente la situación y tan tenaz la posición de los trabajadores, del Polo Obrero y de los vecinos, que al gobierno de Alperovich sólo le queda apostar al paso del tiempo y al cansancio y desmoralización de los que luchan. no sólo eso. Se suma la situación de escandalosa descomposición en otros municipios, como el de Bella Vista, una localidad del sur de la provincia que ha dado la nota esta semana con denuncias cruzadas entre concejales (todos contra todos) de corrupción de menores, prostitución organizada y tráfico de drogas.
Este es el marco que lleva al gobierno de la provincia a apostar fuerte contra la organización de trabajadores y vecinos destinada a imponer la revocatoria de mandato de un funcionario que ha dado sobradas muestras de intolerancia, corrupción y abuso de poder. Porque todos son Barrionuevo y es real el temor a que el ejemplo de cómo sacarse de encima esta clase de gente sea tomado en otras comunas y municipalidades.
Pero existen dificultades para llevar a la victoria una salida que beneficie a los vecinos. Especialmente por la escasa tradición de organización para la lucha de ios trabajadores y vecinos, en un pueblo duramente castigado por la represión de los ‘70 y domesticado por el caudillismo del PJ. Pero el Polo Obrero ha venido a sembrar su experiencia y sus métodos.
El domingo 7 de noviembre realizamos un Acto-Festival en la plaza del pueblo que reunió a más de 800 personas. Allí lanzamos la propuesta de convocar y llevar adelante una consulta popular por “que se quede o que se vaya” el comisionado comunal. Esto es completamente posible en una localidad de casi 10.000 habitantes. Podemos organizaría entre los trabajadores, las escuelas, los vecinos, organizaciones políticas, sociales, culturales y deportivas. Invitaríamos veedores de organismos de derechos humanos, colegio de abogados, asociación de periodistas, universidad, etc., para garantizar la transparencia. Se votaría en las escuelas o en la plaza, con presidentes de mesa electos en asamblea en los barrios, con los padrones de la última elección y agregando a los nuevos votantes jóvenes. Un resultado por el “que se vaya”, como el que esperamos, aunque no sea vinculante, no podría ser negado ni ocultado por Alperovich y pondría la situación política de Los Ralos a un paso de resolverse a favor de los vecinos; y sería un ejemplo de libre expresión y democracia y base para la Asamblea de Vecinos que elija un nuevo gobierno comunal.