Políticas

18/11/2004|877

Para que se escuche la voz de los vecinos

Que se vote

El conflicto por denuncias de co­rrupción en Los Ralos que ini­ciaron los trabajadores de la Comu­na, y que hoy moviliza a una gran parte del pueblo, está lejos de ce­rrarse. Es tan contundente la si­tuación y tan tenaz la posición de los trabajadores, del Polo Obrero y de los vecinos, que al gobierno de Alperovich sólo le queda apostar al paso del tiempo y al cansancio y desmoralización de los que luchan. no sólo eso. Se suma la situa­ción de escandalosa descomposi­ción en otros municipios, como el de Bella Vista, una localidad del sur de la provincia que ha dado la no­ta esta semana con denuncias cru­zadas entre concejales (todos con­tra todos) de corrupción de meno­res, prostitución organizada y trá­fico de drogas.


Este es el marco que lleva al go­bierno de la provincia a apostar fuerte contra la organización de trabajadores y vecinos destinada a imponer la revocatoria de manda­to de un funcionario que ha dado sobradas muestras de intolerancia, corrupción y abuso de poder. Por­que todos son Barrionuevo y es re­al el temor a que el ejemplo de có­mo sacarse de encima esta clase de gente sea tomado en otras comunas y municipalidades.


Pero existen dificultades para llevar a la victoria una salida que beneficie a los vecinos. Especial­mente por la escasa tradición de or­ganización para la lucha de ios tra­bajadores y vecinos, en un pueblo duramente castigado por la repre­sión de los ‘70 y domesticado por el caudillismo del PJ. Pero el Polo Obrero ha venido a sembrar su ex­periencia y sus métodos.


El domingo 7 de noviembre re­alizamos un Acto-Festival en la plaza del pueblo que reunió a más de 800 personas. Allí lanzamos la propuesta de convocar y llevar ade­lante una consulta popular por “que se quede o que se vaya” el comisionado comunal. Esto es com­pletamente posible en una locali­dad de casi 10.000 habitantes. Po­demos organizaría entre los traba­jadores, las escuelas, los vecinos, organizaciones políticas, sociales, culturales y deportivas. Invitaría­mos veedores de organismos de de­rechos humanos, colegio de aboga­dos, asociación de periodistas, uni­versidad, etc., para garantizar la transparencia. Se votaría en las es­cuelas o en la plaza, con presiden­tes de mesa electos en asamblea en los barrios, con los padrones de la última elección y agregando a los nuevos votantes jóvenes. Un resul­tado por el “que se vaya”, como el que esperamos, aunque no sea vin­culante, no podría ser negado ni ocultado por Alperovich y pondría la situación política de Los Ralos a un paso de resolverse a favor de los vecinos; y sería un ejemplo de libre expresión y democracia y base pa­ra la Asamblea de Vecinos que eli­ja un nuevo gobierno comunal.