¿Para quién puede ser una “catástrofe” un Frente de Izquierda?
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“El mismo río no pasa dos veces por el mismo lugar”, decía Heráclito, el filósofo griego de la dialéctica. Lo mismo ocurre con las posiciones del PC: se repiten, pero con modificaciones. Un movimiento dialécticamente natural, pero regresivo en lugar de progresivo.
El editorial de “Qué pasa”, del pasado miércoles 3, afirma muy suelto de cuerpo que, si el Fral no triunfa en la “interna” de IU, ello “no será una catástrofe, pero sí un retraso en esa perspectiva” (de poder, que el Fral postula).
Una Unidad de Izquierda encabezada por el Mas es presentada, así como poco menos que un derrumbe político. Con esa simple frase el partido comunista desnuda su falta de convicciones frentistas y el completo desprecio que tiene por su flamante criatura. Si la victoria del Mas en la “interna” equivaliera casi a un desastre de la perspectiva del Fral, debe entenderse que el Fral convertiría a un eventual triunfo suyo en una “catástrofe” para el Mas. Detrás del planteo frentista se esconde el anti-frentismo; detrás de la unidad, la división; detrás de la perspectiva política, la completa ausencia de perspectivas. El título del editorial—”Candidatos para ganar”—alude naturalmente a la “interna”, ni remotamente a una victoria contra los partidos del campo “patriótico, popular y democrático”, en el cual el editorial del “Que Pasa” ubica al Fral y al PC como su “Izquierda”.
Cuando los frentes políticos responden a las necesidades y tendencias de una situación política, ello quiere decir que son, o que pueden ser, instrumentos o canales de la evolución política revolucionaria de los explotados. Por grandes que puedan ser las diferencias políticas con sus aliados en ese frente, y aun por importantes que puedan ser las limitaciones de éste, ello nunca podría llevar a un partido revolucionario a considerar al frente como algo parecido a una “catástrofe” o como un factor de “retraso” de sus perspectivas políticas. Cuando el frente permite dar un paso real hacia adelante al movimiento de las masas en la lucha contra el capital y el imperialismo, ello vale más que una docena de diferencias programáticas. Esto que Marx se lo explicaba a sus compañeros alemanes en la década de 1870, los dirigentes del “Que Pasa” no lo entienden aún hoy. Esto significa que son unos sectarios, pues miran al Frente que ellos mismos propugnan desde el ángulo de sus exclusivos intereses de aparato, de ninguna manera desde el ángulo del interés general y de conjunto de la clase obrera. Violan así un importante mandamiento del Manifiesto Comunista, que dice que ante un movimiento genuino de los trabajadores los comunistas representarán en cada circunstancia Inmediata la perspectiva general y frente a cada movimiento parcial los intereses de conjunto del proletariado. Si Izquierda Unida fuera, como lo quiere el PO, un instrumento o canal de lucha de los trabajadores, su concreción sería inmensamente progresiva, la catástrofe y el desastre lo sufrirían el imperialismo, la burguesía y Menem. Pero el PC, que plantea el voto por Menem en el Colegio Electoral, es natural que quiera evitarle semejante desastre al candidato “patriótico”, o por lo menos a la “base social patriótica” de ese candidato, y que considere lo que sería una “catástrofe” para éste como su propia “catástrofe” o “retraso”.
El editorial dice claramente que pretende “la recomposición del campo popular”, en el cual no solo están los obreros y trabajadores, sino también la pequeña burguesía democratizante y la burguesía “progresista”. Todo el mundo sabe, sin embargo, que los líderes de este “campo popular” están encolumnados detrás de Menem y “acumulando poder” en el “espacio” de éste. Parece que para el PC la tragedia es que su verdadero frente está en el menemismo, donde está la “base social” de la cual se reclama, y no en la izquierda, la cual tiene, para el PC, representantes sombríos. Es por esto que para el Fral todo consiste en ganar la “Interna” y tender los puentes desde tal posición “hegemónica” a los políticos burgueses y pequeños burgueses de la “democracia nacional y popular”.
La posición del PC lleva a la siguiente conclusión: gane Zamora o gane Vicente, usted no tendrá Frente. Aunque no pase dos veces por el mismo lugar, estamos siempre ante el viejo y mismo río del seguidismo.