Políticas

16/4/2020|1589

Paremos la sangría, los sindicatos deben actuar

45.000 despidos y rebajas salariales

Desde el inicio de la cuarentena se han registrado 45.000 despidos entre los trabajadores registrados. De los precarizados e informales, claro, no hay registros.


Pero se anotaron 12 millones de personas sin sustento para cobrar el Ingreso Familiar de Emergencia. De las cuales solo a 8 millones les pagarán 10.000 pesos, recién a partir del 21 de abril, a un mes de la cuarentena. Y en tandas, hasta mayo.


Un número creciente de empresas del país aplican descuentos a sus trabajadores de hasta el 50% de sus salarios. Entre ellas, grandes multinacionales y las líderes de la Unión Industrial Argentina. Tantas otras retienen salarios o los pagan en cuotas.


Techint, McDonald’s, Aluar o las automotrices no se están fundiendo por el golpe económico de la cuarentena. Aprovechan la situación para golpear a los trabajadores e imponer nuevas relaciones de fuerza.


El dólar pasó los 100 pesos y no encuentra techo. Que no se actualicen los salarios según la inflación ya significa una pérdida salarial importante.


Cuentan con el concurso de la burocracia sindical y el gobierno. Los gremios de la CGT hacen cola para acordar las rebajas salariales, las suspensiones e incluso los despidos. Donde no hay sindicato, se aplican directamente.


Contrasta con esto la acción de la dirección clasista del Sutna, el gremio del Neumático que actuó desde el primer día para garantizar la cuarentena con el salario integral y ahora condiciona cualquier puesta en marcha a un protocolo bajo control obrero, de dotaciones exclusivamente necesarias, adecuadas a la esencialidad, y ha vuelto a rechazar las rebajas salariales.


Sin respaldo de la CGT se libran duras luchas, como la del Frigorífico Penta, contra el cierre fraudulento y antisindical del patrón kirchneristra de “carne para todos”. Los obreros siguen en pie de lucha luego de enfrentar la represión de Berni y Kicillof. El conflicto en Dánica venció un lock-out trucho. Un paro de la línea de colectivos 540 logró que paguen los sueldos adeudados. Una convocatoria de movilización de los plásticos de Mascardi logró lo mismo.


Con los métodos de lucha de la clase obrera podemos frenar este desangre. Asambleas en cada lugar de trabajo, con los recaudos necesarios, para fijar un pliego de reclamos. El cuidado de la salud no puede ser la excusa para que unos pocos decidan por todos. No tienen mandato para entregar el trabajo, el salario y la salud de los trabajadores.


Tomemos en las manos de todos los trabajadores a nuestras organizaciones. Pongamos en marcha a los sindicatos y hagamos sentir la fuerza de la clase trabajadora.