Políticas

12/7/2007|1000

Paro por tiempo indeterminado

Contra el vaciamiento del gobierno y la burocracia

enfermero del Clínicas y miembro de la Agrupación Bordó

Desde noviembre de 2006, masivas asambleas de trabajadores médicos y no médicos decidieron salir a la lucha por un hospital con presupuesto genuino, íntegramente a cargo del Estado. Las distintas direcciones e intervenciones del Rectorado de la UBA y los gobiernos de turno condenaron al Clínicas a un permanente ahogo presupuestario, que terminó paralizando su funcionamiento en 2006, por la falta de insumos, de aparatología y el notorio abandono en materia edilicia. Ni hablar de condiciones de trabajo. El Hospital es un paraíso en materia de tercerizaciones, contratos de locación de servicio y de obra y ‘ad honorem’ (trabajo gratis).


El reclamo de toda la comunidad del Hospital se hizo oír por medio de un paro por tiempo indeterminado, que obligó no sólo a las autoridades del Rectorado y el Ministerio de Educación a sentarse a discutir con los trabajadores; además colocó el tema en la discusión de las reuniones del gabinete.


En 2006, la conformación de una comisión integrada por los distintos organismos gubernamentales, la Asociación Médica, la burocracia de Apuba, la Comisión Interna y ATE asfixiaron la lucha: aceptaron la propuesta de una partida especial mensual para la compra de insumos. La comisión se reunió tres meses para la elaboración de un presupuesto que jamás se conformó; sólo se presentó una propuesta de la Interna, insuficiente y lejos del verdadero presupuesto que necesita un hospital de estas dimensiones.


Como la solución no fue de fondo, el Clínicas volvió a colapsar. La novedad es que, desde la asunción de Hallú, hay 22 interventores que cobran entre 6.000 y 10.000 pesos de sueldo cada uno. El deterioro edilicio se ha profundizado y todavía no hay noticias de los 110 millones prometidos por Kirchner. El tema de los insumos sigue sin solucionarse, al igual que el de la aparatología, con el agravante de accidentes que se vienen produciendo y que ponen en riesgo la vida de los pacientes y los trabajadores (acaban de morir dos pacientes por falta de insumos en la guardia).


La burocracia de Apuba intentó desconocer esta lucha para transar primero con el vicerrector Franco y, ahora, darle un apoyo irrestricto a la política de Hallú. La Interna, ahora enfrentada con la directiva, pero en el pasado impulsora junto a la misma de la autogestión hospitalaria y el congelamiento salarial, ha ido de capitulación en capitulación, no cumplió los mandatos de las asambleas, no permitió la votación para que ésta decidiera la aceptación o el rechazo de la conciliación obligatoria, y trató de acallar a los golpes a los que denunciamos su accionar. Hoy, producto del levantamiento de los enfermeros, que realizamos asambleas votando ir al paro, debió llamar a una asamblea general, que votó el paro general, primero de 48 horas y, más tarde, ante la represión salvaje en las puertas del Rectorado por la policía de Hallú y Kirchner, el paro por tiempo indeterminado. En estas asambleas se rechazó el acta-acuerdo firmada entre Apuba y el rector que deja afuera del pase a planta a una cantidad importante de compañeros contratados.


Después de la represión los trabajadores volvimos a marchar al Rectorado, pero esta vez acompañados por la Fuba, delegados del Garrahan y el Casino, y organizaciones políticas de izquierda. El delegado general de la Comisión Interna y una comisión votada en asamblea se entrevistaron con autoridades de la UBA, sin obtener ninguna respuesta a la crisis del Clínicas, al reclamo de reincorporación de los despedidos, de respeto de la carrera administrativa, del pase a planta de los contratados y del aumento salarial. El paro por tiempo indeterminado continúa y está prevista una nueva marcha.