El reclamo de paro nacional está presente en las bocas de todos los trabajadores del país. En la provincia de Chubut, con paros de trabajadores públicos desde hace semanas, con piquetes y tomas de establecimientos, en reclamo de la apertura de negociaciones paritarias, contra el pago escalonado de los salarios, por el pase a planta de los trabajadores precarizados y por la normalización de la obra social de los trabajadores provinciales.

En las de los docentes de varias provincias, como la de Buenos Aires, que aún no han cerrado sus paritarias. Entre los trabajadores lucifuercistas de EPEC Córdoba, en paro desde el 6 de junio, ante el no pago de la totalidad de los salarios correspondientes al mes de mayo. En las de los compañeros del Inti, del Posadas y de Ate-Educación La Plata contra los despidos.

Y en la enorme lucha de las mujeres, que exigieron ese paro a todas las centrales para el 13 de junio, en la histórica movilización al congreso que logró la aprobación de la ley por el aborto legal, el día de su tratamiento.

Una caldera a presión que obligó a las centrales obreras a convocar a medidas de fuerza aisladas y sin pretensión de integrar ningún plan de lucha.

Roberto Baradel anunció desde el palco vaticano de la Marcha Federal del 1 de agosto, organizada por los triunviros piqueteros de San Cayetano (CCC-Ctep-Barrios de Pie) un paro nacional de las CTAs de Yasky y Micheli para el 8 de agosto, que luego levantaron para “construir” un paro con la CGT (que tardó un año y tres meses, para recién llegar a este 25 de junio).

Finalmente, las CTA de Yasky y Miceli llamaron a parar el 14 de junio, en un claro acto de boicot y divisionismo con la jornada de movilización y lucha de las mujeres en el Congreso, siendo que sus principales gremios, Suteba y Ctera, están integrados mayoritariamente por compañeras.

La colaboración de la burocracia sindical K es emblemática: refunfuñan en la página de Suteba con que “el Gobierno de Vidal continúa profundizando el ajuste” y a “dilatar la resolución del conflicto salarial”, que “lleva más de 50 días sin convocar a Paritarias”, que “el salario docente está congelado desde octubre de 2017” con “un deterioro superior al 12%” y que “las problemáticas educativas, que “vulneran el Derecho Social a la Educación, siguen sin resolución”, pero son enemigos de poner en pie un plan de lucha consecuente.

La CTA de Hugo Godoy no se quedó atrás en el boicot y la división. Convocó a un paro, pero para el 19 de junio, también aislado y divisionista de una acción común, aun cuando compartió el mismo palco con Roberto Baradel el pasado 1° de junio.

La CGT, por su parte, le puso fecha a un paro sin movilización con casi un mes de tiempo en el medio como para poder arrepentirse.

Los Sutebas multicolores, en la ruta de Neuquén

La enorme huelga de los docentes neuquinos –que arrebató al gobierno la indexación automática de los salarios- llevó más de 50 días, la misma cantidad de jornadas que lleva la gobernadora Vidal sin atender a la burocracia sindical bonaerense. Dos caminos, dos resultados.

Los Sutebas multicolores se ubican en la ruta de Neuquén, votaron y llevan adelante un plan de lucha con continuidad, que en esta semana alcanzó las 72 horas de paro. En la última reunión de secretarios generales de Suteba, Daniel Rapanelli, secretario general del Suteba de Ensenada, puso esto de manifiesto, denunció el levantamiento del paro del 8 de junio tras la excusa de esperar a la CGT y reclamó el paro activo nacional.

Anunció también que el 23 de junio, el Plenario Nacional del Sindicalismo Combativo que se desarrollará en el micro estadio de Lanús tendrá por objetivo impulsar el paro activo nacional y el plan de lucha, que las centrales bloquean. Son partícipes del Plenario Nacional ocho seccionales multicolores.

Roberto Baradel contestó con sorna “que se apuren para convocar al plenario, no sea que los agarre antes el paro nacional de la CGT”.

Otro anuncio de Baradel que no se cumple. El paro de la CGT tiene fecha para después del Plenario, es aislado, no forma parte de ningún plan de lucha y, según se ocuparon de aclarar repetidamente los triunviros cegetistas, está llamado sin movilización alguna.

El 23 de junio, el Plenario Obrero de Lanús, resolverá todas las medidas necesarias para hacer activo el paro dominguero y tardío de los gordos de la CGT, y darle continuidad con un plan de lucha del conjunto de los sindicatos combativos, para imponer el paro activo nacional y la huelga general hasta quebrar el plan de guerra de Macri y todos los gobernadores.