El lunes pasado Patricio Echegaray lució gallardo junto a Hugo Yasky —la mano izquierda de Kirchner en la labor de destrucción de la lucha docente. El exhibicionismo de Echegaray era la expresión política del apoyo del partido comunista a la candidatura de los punteros justicialistas de la ciudad de Buenos Aires, Alberto Fernández y Víctor Santa María. Hasta hace poco Echegaray rivalizaba con los más osados en la tesis de que el gobierno de Kirchner-Scioli pertenecía al género de los neo-liberales que poblaron los años ’90. Cuando se exagera la ortodoxia es porque ya se está alumbrando el revisionismo. Echegaray se ha dado vuelta como un guante, seguramente porque ha recibido órdenes de no incomodar al que algunos consideran un aliado de Chávez.

El viernes previo, sin embargo, Página/12 había anunciado que el distrito de la Capital del partido comunista había decidido no presentarse a elecciones, aclarando que la decisión no estaba avalada por el Comité Central. De todos modos, la transacción es clara —el PC porteño no va a elecciones para no chocar con la orientación de apoyar a Filmus y a Heller. El comunicado del Comité de la Capital saca a relucir una falacia clásica en estas circunstancias: enfrentar la posibilidad de que gobierne Macri. Los autores del texto no han reparado en que Filmus ha sido toda su vida un agente del Banco Mundial en la educación, ni que los macristas ya están en el Gobierno de la Ciudad, a donde llegaron de la mano de Ibarra, el aliado de Filmus y Heller. Es el caso, ni más ni menos, de Diego Gorgal, secretario de Seguridad, y antes, de ‘Juanjo’ Alvarez, el procesista, además del actual secretario de Obras Públicas, Juan Pablo Schiavi, ex vocero de Mauricio Macri. Los candidatos capitalistas no solamente no se distinguen unos de otros, sino que también se entrelazan entre ellos e incluso conspiran contra sus adversarios de clase. Pero el Comité de la Capital en cuestión no da, sin embargo, el paso que corresponde a su argumento, que sería votar a Filmus, por una razón que supera su lógica: porque si lo hiciera provocaría una desbandada del partido comunista, que de todos modos no va a poder detener.

La abstención que preconiza el Comité capitalino del PC es un voto vergonzante por Filmus-Banco Mundial, que tampoco cuenta con el apoyo de su Comité Central, que ha decidido pasarse sin contemplaciones a la barricada de Kirchner.