Políticas

23/11/2020

ELECCIONES 2021

Paso: la manipulación del PJ-Kirchnerismo y de Cambiemos

En las últimas semanas, desde el gobierno nacional de Fernández se viene estableciendo una operación que tiene como objetivo la suspensión de las elecciones Paso (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) que deberían desarrollarse en 2021. Arrancaron Sergio Uñac y Gustavo Sáenz, gobernadores de San Juan y Salta, respectivamente. Luego se sumaron otros gobiernos provinciales, como Arabela Carreras (Río Negro), Gustavo Melellas (Tierra del Fuego) y el vice de Neuquén. En total hay 15 gobiernos provinciales que sostienen la suspensión de las Paso. La adhesión de Schiaretti agrega el hecho de que el oficialismo tendría los votos en diputados para su aprobación.

Hay que recordar que las Paso surgieron en 2009 por iniciativa del kirchnerismo con apoyo de la UCR. Los argumentos del cambio de postura de parte del PJ-kirchnerismo se refieren públicamente a la cuestión sanitaria y al gasto que generaría, unos $12.000 millones.

La eliminación de las Paso sería, para el oficialismo, una convalidación del dedo del poder político como método de selección de candidaturas, un método nunca abandonado por ninguno de los partidos patronales. El debate sobre la suspensión de las Paso pone de manifiesto que la idea de “democratizar” la selección de candidatos mediante las internas ha sido un fracaso o, más bien, una farsa.

El objetivo central pasa, en primer lugar, por establecer una ingeniería electoral para golpear a Cambiemos. La no realización de las Paso no afectaría, en principio, al armado oficialista; incluso sumaría al PJ cordobés. Sin embargo, en el “macrismo”, la suspensión podría incidir significativamente porque quitaría una instancia donde dirimir candidaturas y podría derivar directamente en la fractura, algo que ya sucedió en la elección provincial de Córdoba en 2019.

Cambiemos ya tiene que lidiar con el armado fascistoide de Espert-Milei-López Murphy, donde ya se ha producido un enfrentamiento en torno a la unidad. Mientras Espert y Milei se oponen por igual al kirchnerismo y al macrismo (lo cual es funcional al primero), López Murphy es partidario de ir en listas comunes con Cambiemos en aquellas provincias donde se eligen senadores. Esto llevó a Espert a acusarlo de querer un frente con el macrismo.

En segundo lugar, a través de la cuestión de las Paso, se está dirimiendo una interna al interior del propio oficialismo. No es casualidad que el planteo haya surgido del quebrado peronismo sanjuanino. Uñac tiene interés en evitar que la guerra interna en el peronismo sanjuanino lleve a unas Paso con Gioja, que significativamente se pronunció en contra de la eliminación sosteniendo que “no está en la agenda”. En este sentido, la palabra final la tendrá Cristina Fernandez, dado que la eliminación deberá pasar por el senado. La cuestión está, por lo tanto, muy ligada a la evolución de los choques al interior del armado oficialista.

Desde la cúpula de Cambiemos entienden la maniobra como un perjuicio, pero tienen pocas posibilidades de rechazarla si el gobierno decidiera avanzar. En primer lugar porque los gobernadores radicales de Mendoza, Rodolfo Suarez, y Corrientes, Gustavo Valdés, estarían de acuerdo (incluso el último ya se pronunció públicamente). Los gobernadores, sean oficialistas u opositores, tienen como objetivo, a su vez, obstruir que la oposición se una en sus provincias.

El propio macrismo presentó bajo su mandato la cuestión de la no realización de las Paso. El miércoles 11 de noviembre el punto se presentó en el propio Congreso, cuando el diputado Luis Di Giacomo de Juntos Somos Río Negro (aliado del gobierno) pidió un apartamiento del reglamento para tratar un proyecto del diputado del PRO, Pablo Tonelli, presentado en 2019 para eliminar las Paso.

Ante el debate en el Congreso y la posibilidad concreta de que el macrismo vote dividido, desde el sector de Rodríguez Larreta ya se empezó a planificar un plan alternativo, el cual sería negociar, ceder a la suspensión y lograr que haya boleta única en las generales (Infobae, 16/11). Como se ve, la manipulación electoral y el cercenamiento de los derechos democráticos es una cuestión común a ambos bandos capitalistas, que no dudan en crear, mantener o suspender las Paso de acuerdo a sus cálculos de aparato al servicio de los capitalistas.

Pero suspender no es derogar. La suspensión es una maniobra fraudulenta que coloca el sistema electoral bajo control de las necesidades circunstanciales del gobierno en la medida que detente mayoría legislativa. Se trata de una alteración de fondo del régimen electoral dado que coloca el método de selección de candidatos en función de las necesidades del oficialismo.

Con la suspensión, el gobierno sigue dejando en pie una legislación antidemocrática que pueda ser usada en momentos oportunos. Lo mismo sucede con los sistemas de colectoras y leyes de lemas imperantes en las provincias que derivaron en fraudes explícitos, como fue el caso de Tucumán. Todas esas herramientas fraudulentas y antidemocráticas han sido usadas tanto por el pejotismo como por Cambiemos.

El sistema de las Paso implica una vulneración de la autonomía de los partidos ante el Estado en tanto les quita a los partidos la capacidad de decidir soberanamente sobre la elección de sus propios candidatos y proscribe la presentación de los partidos a las elecciones en cuanto exige un piso arbitrario del 1,5% de los votos. A este piso se le debe agregar el que establece que para acceder a una banca en el Congreso Nacional se debe alcanzar el 3% del padrón, produciendo una distorsión de la representación popular. El Partido Obrero es partidario de la máxima autonomía de los partidos políticos frente al Estado.

Las Paso fueron establecidas en 2011 con el fin de ordenar desde el Estado la crisis de los partidos políticos patronales posterior al 2001. El debate sobre su suspensión pone de manifiesto el carácter endeble de las dos coaliciones políticas patronales del país, Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. Apunta a convalidar un mecanismo nunca abandonado: la selección de candidatos por medio de la lapicera del gobierno de turno. El motivo de fondo de estos choques es el fracaso en resolver una crisis nacional que se arrastra bajo el peso de factores históricos. Si el fracaso del macrismo alimenta a los Milei y Espert, el fracaso del Frente de Todos, con una economía a pique, inflación y fuga de capitales, acentúa los choques en la coalición oficialista.

 

 

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