Unas dos mil personas entre trabajadores metalúrgicos, familiares y activistas de otros gremios, se movilizaron a partir de las 11 horas. Las autoridades, temerosas de esta manifestación, terminaron rápidamente el acto oficial, de modo que cuando la columna llegó al lugar ya había finalizado. Acompañaban a la columna dos cuadras de taxis en doble fila, como uno de los reflejos de la simpatía popular hacia esta lucha.

“Canta Ushuaia, canta; canta de corazón; ni policías ni los gendarmes; van a parar la UOM”.

“Obreros unidos jamás serán vencidos”.

“Paso, paso… se viene el obrerazo”, fueron las principales consignas.

La marcha culminó en una asamblea donde se informó de las negociaciones en Buenos Aires y se denunció la existencia de telegramas de despido en Continental.

Los diarios locales y algunas radios se refieren impresionados a la multitudinaria marcha. La huelga continúa y jueves y viernes se vuelve a los piquetes.

Desde el lunes 23, la patronal de Philco intenta retomar las tareas y la policía le ofrece garantías, pero los trabajadores (aun los contratados) no van a la fábrica. Los piquetes hablan con los pocos carneros que se vuelven a su casa y algunos incluso se suman al fogón.