La crisis que se desató en la provincia de Buenos Aires, y que por estas horas se manifiesta en la propia Cámara de Diputados provincial, ha llevado al candidato del 2003 del PJ a declararse en cesación de pagos y abonar los sueldos de más de 700 pesos con bonos llamados Patacones.

   Pocas horas después de este anuncio, el Poder Legislativo le transfirió al presupuesto de la provincia los deudores del Banco de la Provincia de Buenos Aires que revisten en carácter de morosos e incobrables, por un monto de 1.100 millones de dólares. Sólo han trascendido algunos nombres de los beneficiarios: *en su gran mayoría, se trataba de pasivos de grandes empresas y también *aunque en el banco no lo dicen en voz alta* varios casos de préstamos *políticos* de anteriores administraciones* (Clarín, 15/7). Figura entre ellos el Grupo Yoma de La Rioja por 20 millones, Gatic por 29, Show Center 113, Tren de la Costa 55, y Víctor Gualtieri 97 *en todos los casos millones de dólares. Según Lanata (18/7), Gualtieri es una constructora ligada a Duhalde que hoy cuenta con un activo de 200 millones de dólares.

La metodología utilizada para subsidiar a grupos económicos no es nueva en Buenos Aires. Una década atrás la construcción de la Usina Termoeléctrica de Bahía Blanca significó el pasaje a la Provincia del pasivo que había originado el pago de ese megacurro. A diferencia de los trabajadores que son encarcelados por pedir 2,80 la hora, a los confiscadores se los *amenaza* con la creación de una *comisión investigadora para revisar *con lupa* el otorgamiento de casi 200 préstamos de gran volumen a empresas y particulares*; comisión que podemos prever tendrá el mismo final que la que investiga el lavado de dinero en el Parlamento nacional.

El estado público de la situación financiera del Banco no hace más que poner en evidencia la magnitud de la crisis en la cual está sumergido el primer estado provincial. Está claro que si Cavallo subsidia a los bancos pagándoles comisiones y tasas usurarias, su hombre en el Banco Provincia *Ricardo Gutiérrez, el presidente* lleva adelante la misma política. La reducción salarial y el pago con bonos a los trabajadores son la contratacara de la descomposición de un régimen que se hunde.

Que los trabajadores (bancarios) tomen en sus manos el control de las finanzas pública. Esto sólo ha de ser posible como parte de la lucha por una Asamblea Constituyente.