Políticas

12/1/1995|436

Patricio Echegaray ordenó romper el Frente de Izquierda

La convocatoria a elecciones constituyentes para elaborar la carta orgánica municipal de Valle Viejo (el municipio más importante después de la capital) dio lugar a una importante discusión política entre el PO y el sector histórico del Frente Grande (alineado con Pino Solanas), dirigido a conformar un Frente de Izquierda.


La iniciativa fue tomada tanto por el PO como por los referentes independientes de la mesa del FG, quienes con sólidos argumentos le impusieron al sector del PC la necesidad de concretar una reunión con el PO. Esta se realizó el martes 27 de diciembre, con la participación de 4 compañeros por sector. Durante toda la reunión se pusieron de manifiesto dos conductas: una, la del PC, que intentó con cualquier argumento  que el frente no se concretara. Así, de entrada, planteó que venía a discutir las divergencias estratégicas entre el PO y el PC; que una alianza encerraba el peligro de perder las identidades; que un acuerdo debía estar condicionado a que el PO cesara en toda crítica al PC y a Pino Solanas, y “cosas” por el estilo. El PO demolió cada uno de los argumentos del PC, y lo obligó a acordar la conformación de una alianza de izquierda cuya plataforma (por consecuencia su acción), debía estar orientada a defender la independencia política de los trabajadores. Se aceptó el criterio de que la lista de candidaturas debía estar integrada por luchadores y que el PO debía encabezarla (reconociéndole su mayor influencia militante en el municipio); se establecía una clara delimitación con la política de las fuerzas patronales que impulsaban esas elecciones, al denunciarlas como un intento por parte del Frente Cívico y el saadismo de consagrar por medio de la carta orgánica toda la política antidemocrática, entreguista y superexplotadora, que tanto el gobierno nacional, el provincial y la intendencia local ya le están imponiendo a los trabajadores.


En concreto, las dos delegaciones habíamos establecido las bases políticas y organizativas mínimas y necesarias para la inscripción de la alianza. Es más, el acuerdo era tan claro, que al día siguiente un representante del PO lo anunció por medio de una de las FM más influyentes de la capital. Ese mismo día (miércoles) se había convocado a una reunión simplemente para formalizar y poner por escrito el acuerdo. Sin embargo, el PC no asistió a la reunión con el argumento de que la justicia electoral había prorrogado los plazos para la inscripción de alianzas. Posteriormente, comenzó a dilatar la concreción de la reunión, esta vez con el argumento de que debía consultar a sus “bases”. Un partido que históricamente ha ignorado a las bases, que vive en permanentes autocríticas sobre el verticalismo, sobre el orden y mando desde arriba, en el que la militancia en numerosas oportunidades se enteró de importantes decisiones por los diarios burgueses, el brote de democratismo que le surgió al PC local no era sino una maniobra de distracción, ya que había una decisión tomada por Patricio Echegaray de romper el frente de cualquier manera, aprovechando la circunstancia de contar con la propiedad de la personería electoral en el distrito.


La dirección del PC ignoró la voluntad  de los independientes, que lo forzaron a una discusión con el PO.


El PC habitualmente ha usado a las figuras independientes de carácter centroizquierdista y hasta derechistas, para justificar, en nombre de respetar esas identidades y a los aliados, su política hacia la derecha. En esta oportunidad, esa metodología fue dejada de lado. Adaptarse a los independientes hubiera significado esta vez un giro a la izquierda del PC catamarqueño, y eso significaba sacar los pies del plato de la política que el PC está sosteniendo, de conformar un frente con un carrerista devaluado a la cabeza.


Esta experiencia catamarqueña echa luz, por si faltara, del carácter contrarrevolucionario del PC y la función de su frentismo, orientado por sobre todas las cosas a impedir la intervención independiente de los explotados, o a abortar, como en este caso, la concreción de un frente de contenido clasista y de lucha.


Los luchadores catamarqueños y, en particular, los vinculados al PC y al FG, deben sacar todas las conclusiones de esta experiencia.