Políticas

4/4/2022

Debate

PCR: de la unidad nacional con Galtieri al apoyo al gobierno del Frente de Todos

A 40 años de la guerra de Malvinas.

Imagen: Prensa Obrera.

“En 1982 un contingente patriota desembarcó en Malvinas, derrotó las tropas del imperialismo colonialista inglés y recuperó esas islas estratégicas” relata el periódico Hoy (29/3) del Partido Comunista Revolucionario (PCR).

Esta caracterización del PCR no es correcta. No fue “un contingente patriota” sino un operativo armado por una dictadura proimperialista, sangrientamente represiva y antiobrera. Esa forma de presentar los hecho blanquea a la dictadura. Tampoco se puede hablar de que “derrotó las tropas del imperialismo colonialista inglés”, sino que casi sin disparos dominó algunas decenas de fuerzas policiales de Puerto Argentino.

El PCR apoya el operativo dictatorial, igual que el conjunto de los partidos burgueses, que tenía por objetivo establecer un acuerdo con los ingleses -con intervención yanqui mediante- para obtener algún tipo de soberanía sobre las islas. Se trataba de un operativo político para blanquear los crímenes de la dictadura contra el pueblo, superar la crisis terminal en la que estaba sumergido y arribar a un acuerdo político con la Multipartidaria de los partidos burgueses.

A partir de ese desembarco, su posición fue la de la “unión nacional”con la dictadura “contra el imperialismo”. Esto antes de que Margaret Thatcher iniciara su agresión.

El objetivo de la dictadura no era de ninguna manera una guerra nacional contra el imperialismo ni británico, ni mucho menos mundial. Su propósito era negociar un nuevo status quo con el imperialismo, cambiando relativamente “de amo” imperial, con intervención del norteamericano Ronald Reagan.

La dinámica de los acontecimientos fue empujando a la dictadura a una guerra que no quería. Iniciados los combates, Galtieri y compañía proponían en cada fase de la lucha arribar a un acuerdo con el bloque inglés-yanqui. La intransigencia de Thatcher, que quería la rendición incondicional y el retiro total de las tropas de Malvinas, hizo imposible este acuerdo.

Para el PCR por generación espontánea la dictadura se habría vuelto “nacionalista”. Y “la agresión colonialista británica ha llevado a que todas las clases y sectores de la nación se unan frente al agresor”. Otro embellecimiento, ahora de la burguesía nacional que apoyó el operativo Malvinas, cuando pensó que iba a ser incruento y empezó a oponerse cuando estalló la guerra porque no quería enfrentarse con sus socios imperialistas. El PCR daba por confirmada la concepción menchevique de la revolución por etapas, anunciando que habíamos entrado en la “etapa democrática y nacional de la revolución Argentina”

Así aconsejaba a la dictadura y reprochaba, indirectamente, a las masas: “Si la resistencia sólo es sostenida por las Fuerzas Armadas con el apoyo pasivo del pueblo fracasará, porque el enemigo es muy poderoso”. Ante una eventual crisis del gobierno dictatorial proponía eventualmente la constitución de un “gobierno de frente único anti inglés”(ni siquiera antiimperialista).

Hipercríticos respecto a las posiciones del Partido Comunista, con el cual habían roto, terminaban planteando lo mismo, porque el PC en todo el proceso dictatorial reclamaba un gobierno de convergencia cívico-militar.

El PCR considera que durante la guerra “se produjo el resurgimiento de una poderosa corriente nacionalista en las Fuerzas Armadas”, y que “aprovechando la derrota de Puerto Argentino, la corriente proterrateniente y prorrusa expresada por el violovidelismo recuperó posiciones con Bignone”. ¿Galtieri, Anaya y Lami Dozo eran nacionalistas? ¿A diferencia de los Videla y Viola?

En este punto, también el PCR termina cayendo en las posiciones del PC que tanto criticó. El PC planteaba que las Fuerzas Armadas estaban divididas entre pinochetistas, que querían una represión a fondo, y videlistas partidarios de una represión también a fondo pero menos salvaje. El PCR invertía los términos: los videlistas habrían estado por una política pacifista y los galtieristas por una posición nacionalista de lucha contra la flota imperial.

Con el correr de la historia, el PCR se ha demostrado como una corriente defensora de la burguesía nacional (con más énfasis, quizás, en la mediana burguesía). Para ellos el signo de la época (1982) era “el tercer mundo que constituye la principal fuerza de nuestro tiempo en el combate contra el imperialismo”. Reemplazan la lucha de clases por la lucha nacional, colocando como eje de la lucha antiimperialista a las burguesías nacionales (y a sus Fuerzas Armadas) y no al internacionalismo proletariado.

En este accionar histórico, en la búsqueda de sectores nacionalistas de la burguesía, el PCR siempre ha encontrado sus mejores exponentes entre los sectores con políticas más reaccionarias. Así apoyo activamente al gobierno de Isabel Martínez de Perón y López Rega con su Triple A, incluso contra la huelga general obrera de junio de 1975.

El apoyo a los “sectores nacionalistas” de las Fuerzas Armadas los ha llevado a asociarse con la derecha antiobrera, anticomunista y reivindicadora de la represión de la dictadura. Es el apoyo a Aldo Rico y a Mohamed Alí Seineldin, militares “carapintadas”reivindicadores de la dictadura y que protagonizaron levantamientos militares reclamaron la impunidad de los represores genocidas.

En las últimas décadas el PCR se ha caracterizado dentro del campo de la izquierda por ser la corriente que plantea el aumento del presupuesto militar, acusando que lo contrario es indefensión de la nación. Se trata de una posición de reforzamiento represivo del Estado burgués, contrario a todo principio elemental del marxismo revolucionario.

Realizó frentes y actos políticos por Malvinas con elementos derechistas “nacionalistas” de las Fuerzas Armadas como el capitán Breid Obeid o el contraalmirante (y secretario personal de Emilio Massera), Carlos Büsser, procesado por represión y secuestros bajo la dictadura.

No olvidar tampoco que como partido apoyó electoralmente al “nacionalista”Menem en 1989, un burgués nacional que también confraternizaba con los militares “nacionalistas”. Con esta concepción menchevique pasó en la actualidad a integrar parte del Frente de Todos, obteniendo dos diputaciones en esa lista.

La justificación sigue siendo la misma. Definir un “enemigo principal” (en la actualidad el macrismo) para apoyar a un “frente nacional”. Ello, dispuesto a tragarse todos los sapos reaccionarios con tal de mantenerse dentro de este frente gubernamental que deviene crecientemente en antiobrero y proimperialista.

En la crisis del Frente de Todos han planteado una línea de “unidad” entre albertistas y kirchneristas. Si bien han acompañado en el voto en contra de los kirchneristas al acuerdo con el FMI, se han deslomado en “disculpas” y “agradecimientos” por permitirles esa licencia.

En su discurso en la Cámara de Diputados, Juan Carlos Alderete, del PCR-PTP, “aconsejo” al gobierno que no siga adelante con ese acuerdo porque “el FMI nos quiere condenar a un ajuste. No es viable. No hay lugar para el ajuste. Si hay un ajuste va a estallar la Argentina”. ¿Cómo que va a haber un ajuste fondomonetarista? ¿No lo hay en desarrollo? Que pregunten a jubilados, trabajadores, desocupados, estudiantes.

Es necesario resistir el ajuste en marcha activamente, en las calles, con paros y movilizaciones, en un plan de lucha hasta derrotar al gobierno que lo quiere llevar adelante. El PCR y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), como ayer, le da la espalda a la impresionante lucha de la Unidad Piquetera.