Políticas
14/4/2020
Pergolini quiere una reforma laboral
Un vocero patronal, aun en tiempos de pandemia.
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El empresario (Vorterix, Filo News), conductor de radio y vicepresidente de Boca Juniors, Mario Pergolini, dio que hablar en las redes sociales debido a sus declaraciones en un reportaje concedido a Jorge Lanata en su programa de Radio Mitre, hace solo algunos días. Allí se refirió a la necesidad de una reforma laboral para aggiornar las leyes argentinas a los tiempos actuales.
Lejos de cualquier papel contestatario, Pergolini hace años viene reivindicando su rol de “empresario emprendedor”, lo que no omite al presentar la cuestión desde la óptica de la defensa de los intereses patronales en medio de la crisis actual y las “nuevas épocas”. Ya en su momento había salido a respaldar los cientos de despidos en la agencia periodística Télam argumentando que sobraban trabajadores. Es lógico, si se considera que en esos tiempos Vorterix recibía abultados recursos del macrismo en concepto de pauta oficial.
Pergolini reconoce bien su lugar cuando afirma que hace 30 años tiene empresas en el país, para renglón seguido manifestarse contra cualquier tipo de gravamen a los empresarios, medida que le resulta “injusta”, alegando que es este el sector que puede “ayudar a reactivar la economía”.
Siguiendo en esta línea señala que "en vez de sacarle más plata a los empresarios, el Estado debería ver cómo emparejar el juego entre empleadores y empleados para que funcione todo esto y así encontramos un camino para encontrar nuevas leyes laborales". El planteo implica una total impostura cuando la pandemia del coronavirus ha dejado al descubierto la vulnerabilidad de millones de trabajadores y trabajadoras sometidos a las arbitrariedades patronales, cuyos caprichos y medidas de ajuste siempre encuentran sustento en el plexo jurídico laboral.
“[Al empresario] le dicen que es el momento en que tienen que poner. Pero esa gente tiene mucho miedo de cómo va a salir de esto”. Si los empresarios “tienen miedo” Pergolini no repara en el miedo que sufren millones de familias obreras que practican el aislamiento obligatorio sin un peso en el bolsillo y totalmente expuestas al contagio.
Pergolini se monta en la informalidad del comercio por redes sociales para reclamar un trato más flexible a los empresarios, apelando a los costos impositivos y las cargas sociales que recaen sobre estos últimos. Incluso insiste en que de no abordarse el problema eso redundaría en un crecimiento de los desocupados. “Tenemos que hablar de reforma laboral porque es muy complicado como están armadas las estructuras formales de trabajo en la República Argentina” manifestó.
Otro punto clave de la entrevista es que Pergolini ningunea el problema de la desocupación, presentando un escenario de cuasi pleno empleo. Dice “es increíble la cantidad de gente que por una indemnización, o lo que sea, se puso un negocio muy chiquito y usa Facebook para vender con una facturación promedio de $60.000 o $70.000. Hay casi 13 millones de cuentas de ese tipo en la Argentina”, se trata de una nueva justificación de los despidos y de un falseo completo de la realidad: para Pergolini la sociedad habría saltado de una relación entre empleadores y empleados a un horizonte extenso de “libres emprendedores”. Otro aval a los despidos, pero ahora no dé a cientos (como en Télam) sino de a miles y millones, y aun en tiempos de pandemia.
Cuando Pergolini reclama algún tipo de marco legal para estas nuevas estructuras comerciales omite señalar que la salida sería regular a los grandes beneficiarios del sector (Mercado Libre, apps de reparto, intermediarios, etc.) en los marcos de la Ley de Contrato de Trabajo. Lo que el reclama en definitiva es una nivelación hacia abajo, hacia la semi informalidad o a formas más flexibles de empleo. Es lo que se aplicado recientemente en Mercado Libre donde a fines del 2019 impusieron un acuerdo ultraflexibilizador donde se modifica la jornada, se crea un banco de horas y se limita el ejercicio de los derechos sindicales; o las enormes concesiones al capital (exenciones y flexibilidad) planteadas en el proyecto de reforma de la Ley de Económica del Conocimiento.
En sus mejores tiempos, Pergolini coqueteaba con los estereotipos de una juventud rebelde que, en medio de tiempos turbulentos, se manifestaba contra el poder político. Es pose le valió alguna trayectoria pero siempre sobre los cimientos del actual régimen social, con una crítica superficial a las consecuencias del mismo. Ya pasada su juventud, ahora no tiene ningún reparo es presentar las cosas por su nombre y en erigirse como un vocero de ese mismo régimen: Caiga Quien Caiga.