Formar parte de un grupo de vecinos autoconvocados que procura cuidar la salud y el futuro de toda la comunidad, sin más interés que el de poder ver crecer sanos a sus hijos y nietos, implicó la pérdida del puesto de trabajo de un simple empleado. Pero, a su vez, significó cosas verdaderamente trascendentes, que no se circunscriben a una persona en particular sino que afectan a toda una comunidad.

Recordar tiempos en los que no se permitía pensar y mucho menos actuar, es realmente lamentable. Con 23 años de democracia siguen ocurriendo hechos que se asemejan a un período muy triste de nuestra historia, donde personas comunes y corrientes (como este simple empleado… como usted) desaparecieron, por el simple hecho de querer luchar por lo que consideraban justo.

Una alta autoridad de la empresa TDF decidió rescindir el contrato de este empleado en forma automática al ser anoticiada por parte de la máxima autoridad de TDF de esta localidad, de su participación en el grupo de vecinos autoconvocados y de su lazo de consanguinidad con un miembro del mencionado grupo. En virtud de lo expuesto, esto constituye un claro ejemplo de discriminación, por el hecho de participar en ámbitos de interés público. Así lo establece claramente la ley antidiscriminación (Ley 23.592).

La comunidad de Perito Moreno debe saber qué es lo que está ocurriendo y no debe permitir atropello alguno, de ningún tipo, y mucho menos mantenerse callada ante situaciones donde se ven avasallados sus derechos.

Esta situación no hace más que fortalecer las intenciones de continuar luchando por lo que consideramos justo, porque nuestra agua vale más que el oro.