Perón y el golpe de Pinochet
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Junio da 1973 es un mes clave en Argentina y en los vecinos Chile y Uruguay. Durante ese mes el gobierno de frente popular encabezado por Salvador Allende mostrará signos de agotamiento. Los 13.000 obreros de la nacionalizada mina de cobre El Teniente, están en huelga —que durará 73 días— en defensa del convenio de trabajo cuyos aumentos salariales el gobierno desconoce. Los camioneros, de un papel decisivo en la creación del movimiento golpista, están en huelga junto a varios gremios de profesionales (médicos, etc). La Democracia Cristiana, que hoy se golpea el pecho en su lucha contra la dictadura de Pinochet, por esos días era una activa promotora del movimiento que lo llevará al poder, organizando manifestaciones y actos.
El 29 de junio un regimiento de blindados se dirige al centro de Santiago, rodea La Moneda y comienza a disparar fuego de artillería; repelido el ataque se “retira” a su base en las cercanías. El gobierno de la UP, que integran el PC y el PS, no tomará ninguna medida importante contra bs sublevados, pero será motivo para “rendir un homenaje y darle nuestro reconocimiento a la actitud de las FF. AA., de carabineros y de investigaciones que no han va¬cilado en acudir rápidamente para aplastar al pequeño grupo de sediciosos” (Clarín, 30dejunb/1973). Los homenajeados darán el golpe 40 días después. El gobierno frentepopulista cede ante las presiones de los golpistas, que fuerzan la renuncia del comandante del Ejército C. Prats, y Allende designa a Pinochet al mando del Ejército. El golpe tiene el camino allanado.
En Uruguay el gobierno de Bordaberry está sumido en una profunda crisis y privado de todo sustento popular, en tanto las fuerzas armadas se convierten en árbitros de la situación, al punto que el mandato parlamentario resulta incómodo al accionar represivo. El 27 de junio Bordaberry disuelve el parlamento mediante un “decreto”. El golpe se disfraza de institucional. La CNT declara la huelga general y se ocupan las empresas. El gobierno responde con una feroz represión, encarcela centenares de dirigentes sindicales y estudiantiles, las patronales despiden en masa a bs activistas. Por “decreto” disolverá la central obrera y partidos políticos. La bordaberrización pronto se transformó en una dictadura abierta con presidente civil.
El 20 de junio hará su arribo definitivo al país Perón. Para recibirlo se organiza un gigantesco acto camino de Ezeiza. La masiva concurrencia encuadrada mayoritariamente en la izquierda peronista, la “tendencia revolucionarla”. Desde el palco grupos comandos derechistas producen una masacre en la concurrencia. La impunidad de los asesinos, la ausencia de detenciones y de investigación, habla claro de sus vinculaciones con el gobierno.
El gobierno camporista era impotente ante las ocupaciones de universidades, organismos públicos, colegios, etc. Pero desde la matanza de Ezeiza, la derecha comienza a tomar la iniciativa. Un hombre de la UOM, Victorio Calabró hace un llamado desesperado: “estando el general Perón en el país, nadie puede ser presidente más que él” (Clarín, 13 de julio/1973). Cámpora renuncia y asume el yerno de López Rega, Lastiri. La presidencia de Lastiri fue la transición hacia el directo gobierno de Perón. El semigolpe de estado se da en acuerdo con Perón y las fuerzas armadas. La prensa extranjera comenta el contenido del cambio, “el ejército en acuerdo con la CGT pide a Perón que asuma” (“France Soir”); “SI Perón asume a los 77 años es por ser visto por los militares como un obstáculo ante la osadía de los Izquierdistas” (O Jornal do Brasil), en Clarín del 14/07/73.
Perón asume el gobierno
Desde el primer día de gobierno Perón profundiza el giro derechista en la política interna y externa. A una semana de asumir, viaja a Uruguay, firma un tratado de límites y un “acta de confraternidad” (Clarín, 20 de octubre/1973) con la flamante dictadura. El resultado de la entrevista fue que a las 24. horas, llega al país el comandante en jefe del Ejército Uruguayo Chiape Posse a reunirse con militares argentinos. Todo el prestigio y popularidad de la reciente elección se volcarán para afirmar al novel y tambaleante dictador uruguayo, dándole apoyo político y colaborando con la represión.
Días después Perón recibe al dictador boliviano Banzer, ante quién no ahorrará elogios. Es un “hermano que llega a vernos, y como hermano lo queremos tratar y lo queremos sentir muy cerca de nuestro corazón” (La Nación, 13 de noviembre/ 1973). El dictador antiobrero del altiplano es presentado como un héroe nacional.
Ante el golpe chileno del 11 de septiembre se movilizaron decenas de miles por las calles de Buenos Aires y todo el mundo. Eran semanas y meses en que las noticias sobre Chile chorreaban sangre, ejecuciones sumarias, fusilamientos, torturas, miles de apresados. El gobierno peronista que había prometido la “unidad latinoamericana” se dispone a apoyar a Pinochet “La Prensa” del 15 de septiembre menciona con beneplácito que “no es propósito del gobierno demorar el reconocimiento del nuevo gobierno Es probable que so realice la próxima semana.” El 20 de septiembre, La Prensa informa que Lastiri luego de una “reunión con el Comité Militar, anuncia su reconocimiento al nuevo gobierno do Pinochet”. Así el gobierno da un importante apoyo diplomático para legalizar el “reino del terror” como mencionan los cables a Chile.
Días después del golpe pinochetista, dirigentes del PC argentino entrevistan a Perón. Al salir son interrogados por los periodistas sobre si se debatió la postura del gobierno sobre las relaciones con el nuevo gobierno chileno. R. Iscaro responde: “no hemos hablado en particular sobre ese tema, porque esas son cosas de gobierno, sino de los problemas del pueblo argentino” (La Prensa, 18/9/73). Con estas chicanas contrarrevolucionarias, los dirigentes “internacionalistas” del PC podían seguir apoyando a Perón. La política del PC de votar a Perón- Isabel (dos semanas después del golpe fascista que Perón “rápidamente” reconoce) revela en ese acto su contenido, encubrir los aspectos más reaccionarios y antiobreros del gobierno peronista del 73/76. Desenmascarar el apoyo del gobierno al golpe pinochetista era la política revolucionaria por esos días y no ocultarla.
¿A qué vino Perón?
Desde la asunción, el 12 de octubre, Perón orientará su gobierno sistemáticamente hacia la derecha.
El diario La Nación comenta las ilusiones y la realidad de su asunción. “Perón triunfó como abanderado aparente de todas las causas”, pero al “momento de las definiciones” terminó rápidamente con las contradicciones “salló a atacar el desorden en dos frentes”… “las movilizaciones y las universidades” (4/10/73). Durante su gobierno atacó a la juventud peronista (“Infiltrados”). Su real objetivo era restringir las libertades democráticas y aplastar la movilización de la juventud y los trabajadores.
Perón decía que a las FF AA “hay que dejarlas tranquilas”. No había que pedir Investigación y Castigo a los Culpables por los crímenes cometidos durante la dictadura. Su planteo era la reconstrucción del aparato represivo, a la policía hay “que dotarla con elementos, pagarle bien, exigirle, y entonces ese organismo comenzará a funcionar” (La Prensa.4/09/73).
Como decía “Política Obrera” “Perón asuma la presidencia en medio de esta crisis y su objetivo es reconstruir en meses al Estado, en especial los aparatos represivos que tuvieron que dar un paso atrás por el embate de las masas” (5/10/73).
De allí que no fue incongruente que su gobierno ayudara al afianzamiento de las dictaduras vecinas. A un mes del golpe en Chile, periodistas alemanes lo entrevistan y le preguntan sobre las relaciones con los países vecinos, a lo que Perón responde que su gobierno no tendrá “fronteras Ideológicas” con sus vecinos. Luego le interrogan “¿Cuánto demandaría la unificación política latinoamericana?”. “Pensamos que poco tiempo“ -responde. El supuesto planteo antiimperialista de unidad latinoamericana muestra su real contenido, no es más que proyectar los intereses de la burguesía argentina hada bs países vecinos con Pinochet incluido. “Argentina Potencia”, era la consigna del gobierno.
La política exterior de un gobierno no es otra cosa que su política nacional en su relación con bs otros Estados. Así, no fue incongruente su política exterior con la desarrollada internamente. “El primer mes de política exterior latinoamericana del gobierno de Perón habla a las claras de que éste se orienta a concretar un acuerdo reaccionarlo con un conjunto de gobiernos que han asaltado el poder para frenar violentamente el avance de las masas explotadas en sus países (Banzer, Pinochet, Bordaberry, y también Stroessner)”. comentaba Política Obrera del 16 de noviembre de 1973.
Perón, hombre clave
El programa de los 10 puntos del peronismo mencionaba que una vez en el gobierno, se impulsaría, “la Inmediata ruptura de ataduras externas que afectan a la soberanía nacional”
El PC votará a Perón por puntos, o camelos, como éste. Pero no pasó de los papeles, puesto que luego en el poder, el peronismo -como vimos- realizó una importante actividad de reforzamiento del dominio del imperialismo yanky en la región, contrarrevolucionaria, al apoyar a todas las dictaduras de la zona.
Perón era un recurso decisivo para la burguesía argentina. Cuando a mediados de noviembre Perón enferma bruscamente, un frío helado recorre a las clases dominantes. La tarea estaba a medio realizar, “pocos sentimientos podría haber más extendidos que ése por el cual se expresa la idea de que la presencia de Perón tiene un valor especial en la actual coyuntura”. Perón era en esos días una “personalidad política cuya salud interesa vitalmente a la Nación”. Los comentarios no son del Descamisado de la Juventud Peronista, que será clausurado por esos días, sino del representante gorila del gran capital como La Nación (22 y 25 de noviembre 71973).
El mismísimo Nixon, artífice inescrupuloso del derrocamiento y asesinato de Allende temeroso que la prematura desaparición del líder peronista crease un “vacío de poder”, le dirige, un mensaje elocuente: “me he enterado con profunda preocupación (SIC) de su enfermedad. Espero que ya se sienta mejor cuando llegue este mensaje. Hago voto para su pronta recuperación*, reproduce La Nación en su primera página (28-11-1973).
A los radicales que hoy denuncian las matanzas de Ezeiza hay que recordarles que por esos días Balbín decía que “el fracaso de este gobierno sería el fracaso de todos” (La Opinión 21/11/1973)
Según La Nación (29/11). “el miércoles 21, cuando el presidente Perón se indispuso, el Ejército encabezado por el general Carcagno, por un lado y la jefatura del más vigoroso partido de la oposición, por el otro, ya tenían tomada una política coincidente de pleno respaldo a las Instituciones republicanas a través del fortalecimiento de la señora de Perón en el ejercicio de las funciones que eventualmente pudieran corresponderle”. Prestes, los radicales cerraban filas con el gobierno del “caos” único viable para el conjunto de la burguesía por esos años.