Políticas
24/7/2024
Peronismo e “industricidio”
Los trabajadores no podemos dejarnos atrapar por las maniobras patronales y sus chantajes.
Seguir
Industricidio.
Cuando el peronismo se refiere al “industricidio” pretende colocar en la misma bolsa a las patronales y a los trabajadores. Según esta óptica, habría una identidad de intereses en nombre de que ambos serían afectados por la política libertaria, funcional al capital financiero. Pero eso no es así. Entre capital y trabajo, hay intereses contrapuestos. La defensa de la industria nacional no es lo mismo que la defensa de las trabajadores que trabajan en ella. Es moneda corriente que las patronales busquen salvaguardar la masa y márgenes de ganancia a expensas de los trabajadores. La “reducción de los costos laborales” es un constante en el vocabulario empresario. El salario, las condiciones laborales y, si hace falta, los puestos de trabajo son sacrificados en el altar del lucro.
Esto es lo que viene ocurriendo ahora, donde estamos asistiendo a una ola de suspensiones y cesantías. El gremio del neumático es una de las víctimas. Las patronales buscan, procedimientos de crisis mediante, desembarazarse de una parte del personal e imponer nuevas modalidades de superexplotación y flexibilidad laboral. Está a la vista que la defensa de la fuente de trabajo no es sinónimo de la defensa de los puestos de trabajo y de las conquistas laborales.
Este antagonismo es habitual en el marco de la explotación normal capitalista pero se exacerba en los momentos de crisis, donde el salvataje patronal de empresas en crisis pasa por una reducción del plantel, un salto en la precariedad laboral y una rebaja de las remuneraciones. No debemos olvidar que, más allá de los choques que enfrenta una fracción de la clase capitalista con otra, todos comparten el interés de clase en lo que respecta a la explotación que ejercen sobre los trabajadores. Aunque se registran tensiones que en algunos casos son serias con la actual gestión, la burguesía ha cerrado filas con el gobierno en momentos en que Milei está haciendo pasar una reforma laboral -Ley Bases mediante- y un ataque en regla contra otras normas protectoras de la clase obrera.
El combate contra el “industricidio” es enarbolado por la burguesía como una bandera en función de defender sus propios intereses, entre otros, las exenciones, subsidios, otros beneficios y barreras a la competencia. Ahí tenemos a la patronal de Fate despotricando contra la rebaja de aranceles a los neumáticos dispuestos por Milei que facilita el ingreso de las cubiertas chinas en el mercado interno -compitiendo con las fabricadas en el país- o reclamando por la rebaja del Impuesto País -que encarece los insumos- mientras no vacila en impulsar despidos masivos.
Inclusive, no tienen reparos en sustituir la “producción nacional” por importaciones, si esto le resulta más lucrativo, como está ocurriendo con la multinacional Bridgestone. Frente a este panorama, los trabajadores debemos preservar nuestra independencia política, no dejarnos atrapar por las maniobras de las patronales y sus chantajes, y defender nuestra agenda y pliego de reclamos, valiéndonos de los métodos propios de la clase obrera: la deliberación obrera en asamblea, la movilización callejera y acción directa, los cortes y los piquetes, y la ocupación de las empresas en caso de que despidan y cierren.
Un auténtico desarrollo de las fuerzas productivas debe tener otro fundamento. En lugar del lucro capitalista, el salario debe ser el punto de partida y el centro de gravedad sobre el cual debe organizarse y estructurarse un nuevo régimen económico y reorganización del país, que debe ser acaudillado por los trabajadores.