Políticas
6/3/2025
Pettovello, los útiles sin usar y la comida por pudrirse: la perversidad como política de Estado
La nueva denuncia contra la ministra expone la política de ataque a los sectores más pobres por parte del gobierno de Javier Milei.

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Sandra Pettovello.
Las denuncias, con fotografías incluidas, realizadas por la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep) son una radiografía de la Argentina de Javier Milei y Sandra Pettovello. Hay útiles sin usar con las clases empezadas. Hay alimentos pudriéndose con una pobreza que llegó a mediados del año pasado a casi el 53%, con dos tercios de los menores de 14 años en esa condición y el 30% en márgenes de indigencia.
Estas denuncias presentadas muestran la absoluta perversidad moral y política: el gobierno prefiere que haya chicos sin comer o sin ir a la escuela con tal de sostener (vaya uno a saber a costa de qué) un relato mentiroso. ¿Qué superávit fiscal gana pudriendo alimentos? Ninguno. Ya no es solamente la exención impositiva a los capitalistas como Marcos Galperín (100 millones de dólares por año en beneficios fiscales) sino lisa y llanamente la miseria.
El Ministerio de Capital Humano es mucho más del capital que de los humanos: tiene causas por “ñoquis” en su misma cartera. Ni hablar de los Kuider, Crexell o Ritondo, todos cercanos al gobierno.
Desde Capital Humano respondieron a las denuncias con recortes en más áreas. La cuenta oficial de la cartera habla de una reestructuración que “prioriza la asistencia directa”. ¿Qué asistencia puede priorizarse con la comida encanutada?
Las escasísimas referencias que han llegado a dar funcionarios del gobierno nacional (que prefieren llenar sus discursos con chicanas, cifras mentirosas y pleitesías a Trump y los Estados Unidos) jamás han dado una explicación seria de este asunto. Las razones de este accionar equivaldrían a que las organizaciones sociales son una suerte de “casta” a combatir, que no merecerían recibir nada. Las tergiversaciones de fondo sobre que una agrupación luche en los barrios más peligrosos de la Argentina para luchar contra el hambre y la pobreza y sea considerada privilegiada rayan el ridículo.
MIlei, en tal caso, debería dar explicaciones sobre la corrupción de su gobierno. Lo hemos denunciado una y mil veces desde estas páginas: mientras a organizaciones como el Polo Obrero las persiguen la Justicia con allanamientos, la policía de Bullrich con represión y los alcahuetes mediáticos como Jonathan Viale y Luis Majul con estigmatizaciones fantasiosas, no hay aún ningún fiscal o juzgado que haya pedido el allanamiento de los domicilios o las redes sociales de un presidente que esbozó una estafa cercana a los 100 millones de dólares de forma pública. Los ricos, como dijo un malhechor de la calle, no van presos. Esa misma Justicia permite que el gobierno de La Libertad Avanza siga sin repartir los alimentos pertinentes.
La lucha contra el hambre, en un gobierno que se apresta a hacer un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para seguir asegurando las ganancias usureras del Carry Trade y el capital financiero, es una pelea contra La Libertad Avanza. Milei es hambre. Se tienen que ir.

