Piquetes y cacerolas para que se vayan todos
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A los Duhalde, a los Miranda y a los Menem no les gusta para nada que el pueblo se concentre masivamente el próximo 19 y 20.
No sorprende.
Los usurpadores de la lucha que acabó el año pasado con Cavallo y De la Rúa viven el recuerdo de aquellas jornadas como su propia pesadilla.
Es que el hambre, la miseria y la entrega no han cedido para nada. Duhalde ha entregado todo el excedente comercial del año, unos 15.000 millones de dólares, para el pago de la deuda externa y para la fuga de capitales. Ese excedente comercial es la consecuencia del subconsumo terrible de nuestro pueblo.
El presupuesto para el 2003 prevé una nueva entrega del excedente comercial por una suma incluso superior.
El gobierno de Duhalde y de sus gobernadores es el representante de los capitalistas que han lucrado con la devaluación y la pesificación que les ha permitido licuar sus deudas en un 70%.
Es este negociado de los grandes capitalistas exportadores lo que explica la muerte por desnutrición de los niños de este país.
Duhalde y compañía, como De la Rúa y Cavallo antes que ellos, se tienen que ir. La consigna de todo el país es, precisamente, "que se vayan". Tienen que ser reemplazados por una nueva representación popular que reorganice al país sobre nuevas bases sociales.
Es necesaria una Asamblea Constituyente que gobierne y de ningún modo un plan electoral trucho, controlado por la patota bonaerense del PJ, o por el menemismo, para que todo siga igual.
Una Constituyente con poder.
Como De la Rúa cuando declaró el estado de sitio, Duhalde se presenta ahora con un plan de intimidación.
Pero ninguna intimidación de Duhalde puede intimidar más que el hambre, la desnutrición y la falta de trabajo.
Por eso, para el 19 y 20 volvamos a afinar los cucharones y las cacerolas.
Organicemos la marcha federal convocada por las organizaciones piqueteras.
Reunamos a los vecinos para marchar.
Juntarnos en las esquinas, cacerolear y marchar para "que se vayan todos".
Hagamos correr la palabra de la huelga general. Entre los que se tienen que ir está la burocracia sindical. Formemos comités de trabajadores y de inter-empresas por la huelga general.
Para que no haya más usurpaciones, el Partido Obrero propone una reivindicación política común que se desprende naturalmente del reclamo de "que se vayan todos":
POR UNA ASAMBLEA SOBERANA. POR UNA CONSTITUYENTE CON PODER.