Con el argumento de la cuarentena, la Junta Electoral, dominada por el oficialismo del intendente peronista Juan Manuel Llamosas (y con el aval del radicalismo y el macrismo) pretende postergar nuevamente las elecciones que debían haberse realizado el 29 de marzo pasado. Esta es la segunda postergación que se producirá.

En un cuadro donde en las últimas semanas la situación epidemiológica y sanitaria de Río Cuarto fue empeorando (solo en las últimas 24 horas se registraron 64 casos, y se contabilizan 375 personas infectadas en una semana), pareciera que esta nueva postergación es “razonable”. Sin embargo, Llamosas no quiere convocar a elecciones porque busca encubrir sus responsabilidades en la propagación de la pandemia. Durante toda una etapa se repitió que en la cuarentena se reforzaría el sistema sanitario. Meses después, el avance del virus da cuenta de la insuficiencia de la preparación, que no estaría siendo la necesaria para cortar la cadena de contagios. Asimismo, tampoco se ha decretado la centralización del sistema sanitario, no se han establecido los testeos masivos y menos se dispuso un presupuesto acorde para reforzar el sistema sanitario con las camas crítica y personal necesario.

La responsabilidad en la propagación de la pandemia es completa del gobierno de Llamosas, pues se habilitaron todas las ramas productivas y en la mayoría de los lugares de trabajo no se cumple con las medidas de prevención, y en muchos casos ni siquiera existen protocolos de higiene y seguridad. Del mismo modo, tampoco se ha establecido un verdadero seguro al parado, a nivel municipal, provincial y nacional, que permita a grandes masas de trabajadores sostener la cuarentena. No obstante esta situación crítica de la ciudad de Río Cuarto, el gobierno de Llamosas ha avanzado de fase en forma sostenida, defendiendo el interés del empresariado.

Llamosas quiere encubrir todo el descalabro social y sanitario con la postergación de las elecciones, pretendiendo naturalizar una medida por demás antidemocrática, que tiene como función reforzar el autoritarismo con el que se viene moviendo el Intendente y el gobierno provincial con el cual comulga Llamosas. No hay que perder de vista que Áñez en Bolivia ha usado la pandemia para continuar con su gobierno de facto y Trump acaba de manifestar su intención de suspender las elecciones en Estados Unidos.

La cuarentena ha sido utilizada por el gobierno de Schiaretti para imponer el robo más grande de la historia a los jubilados. También ha sido la excusa para avanzar en recortes salariales y en el congelamiento de las paritarias. Lo mismo con el transporte y otros tantos derechos de las y los trabajadores. El Estado avanzó significativamente contra las libertades democráticas, ya que se persiguió a las luchas obreras y populares con imputaciones judiciales, encarcelamientos y una represión generalizada. El punto extremo de la represión se vio en el asesinato de Blas Correas.

El hecho que la propuesta haya sido establecida por el candidato radical Gabriel Abrile, alineado a nivel nacional al macrismo, hecha más claridad a la cuestión que enfrentamos. El “macrismo” con el propio Macri y Bullrich a la cabeza se alinearon al frente de las demandas capitalistas “anticuarentenas”. Incluso impulsaron en forma abierta distintas movilizaciones derechistas con esos objetivos antipopulares. Para Abrile y para el macrismo, y también para Llamosas, se puede hacer de todo, menos ejercer un derecho democrático.

El oficialismo y la oposición en el Concejo, en distinto grado, han hecho uso y abuso de la pandemia para su beneficio político. Por eso pactaron en el Concejo Deliberante la continuidad de los mandatos, cobrando sus jugosas dietas. De ese modo Llamosas, sin el voto popular, siguió gobernando, por supuesto que con su orientación condescendiente con las empresas amigas del poder, mientras ajusta, especialmente, a les trabajadores municipales, a quienes les han recortado salarios y jubilaciones.

El PTS se ha sumado a todo este operativo autoritario, agregando el velo de la “encuesta”. Cuando la Junta Electoral, dominada por el peronismo, pidió formalmente posición a los partidos y frentes, el PTS en forma inconsulta y unilateral procedió a responder como FIT, planteado que la Universidad de Río Cuarto debía realizar una encuesta para definir el tema. Es una posición divisionista y electoralista, que el FIT debe repudiar. En vez de alertar a les trabajadores sobre las maniobras del gobierno y llamarlos a intervenir, el PTS acude a una parte del Estado capitalista, la universidad, que es gobernada por un partido patronal, para que avale la posición antidemocrática.

Las elecciones deben garantizarse con todo el despliegue necesario para preservar el distanciamiento social y cuidar la salud. Se deben establecer los protocolos correspondientes, con las medidas de prevención y protección de la población, como por ejemplo la cantidad de mesas por escuela, los horarios de votación, el ingreso a los establecimientos, la aplicación de sanitizantes, etc. Al respecto cabe señalar que, ante los dichos de Duhalde sobre un golpe de Estado en Argentina, desde la Cámara Electoral Nacional se afirmó que se están preparando los protocolos necesarios para que haya elecciones con o sin pandemia en 2021.

Desde el Partido Obrero alertamos a la población trabajadora sobre la crisis social y sanitaria a la cual nos lleva el gobierno del peronismo y la oposición de derecha. Planteamos un programa de salida a la crisis que parte de la centralización de la salud, el aumento del presupuesto de salud y los testeos masivos; como así también el seguro al parado, trabajo genuino y la defensa del salario y las jubilaciones. Rechazamos también la profundización del autoritarismo y la represión del Estado capitalista y llamamos a la población a luchar contra este régimen de opresión.