El intendente de La Plata, Julio Garro, presentó una planificación de “acciones estratégicas” que forman parte del acuerdo que se firmó con el Programa de ciudades emergentes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

 

El objetivo principal de este crédito es generar obras de infraestructura que revaloricen aquellas zonas que tienen algún interés especulativo, a partir de aumentar el valor del suelo con obras públicas y obtener ganancias millonarias con su colocación en el mercado.

 

Vale señalar, antes de analizar el plan en sí, que Garro asumió como parte del hartazgo sobre la administración Bruera que significó una vía libre a la especulación inmobiliaria regida por los Building y Dacal y que tuvo su máxima consecuencia en la trágica inundación del 2 de abril de 2013, que dejó más de 88 muertos.

 

Según palabras del propio Garro, este plan es para “hacer inversiones inteligentes que nos permitan adelantarnos a los problemas y estar un paso adelante” (infoplatense, 27/2). Sin embargo, a siete meses de gobierno, hay obras hidráulicas paralizadas -según detalla el informe de Inundados de La Plata que se le presentó en busca de respuestas al ejecutivo provincial el pasado 5 de junio. Lo interesante es que Vidal, a principio de año, aprobó un nuevo endeudamiento de 1.185 millones para reactivar esas obras hidráulicas. Este nuevo endeudamiento, en cambio, se utilizó para pagar otros compromisos de deuda con especuladores financieros, sin invertir en el destino que supuestamente le habían dado a ese crédito.

 

Garro, Vidal y Macri no vienen a “combatir” la corrupción de kirchneristas como Lázaro Báez y José López sino a establecer sus propios acuerdos y negociados. Es lo que sucede con el grupo Irsa (ligado al gobierno porteño), Ausa (ligada al gobierno provincial de Scioli y ahora de Vidal) o la sociedad que construye las obras de la UNLP que pertenece al vicepresidente de la universidad Fernando Tauber (en primera fila el día de la presentación del Plan La Plata 2030).

 

La Plata “emergente”

 

El fin de semana pasado se realizó el festival “provincia emergente”, a días de que Garro recibiera a intendentes y alcaldes de distintos países, como instancia de promoción del programa “ciudades emergentes” del Banco Interamericano de Desarrollo. No es casualidad que la palabra “emergente” sea ahora utilizada por Garro y Vidal, sino que es una comprobación más de cómo los bancos trazan la política de los partidos patronales que gobiernan.

 

La situación crítica que se ve en muchas zonas de las ciudad, hace urgente que nos pongamos a luchar por un programa claro, que dé una salida integral a los problemas de La Plata, por el otorgamiento de créditos de los bancos públicos, a tasas cero, para la vivienda única familiar. Por la derogación del impuesto a la vivienda única y por la creación de un impuesto a la tierra y vivienda ociosa en manos de las grandes inmobiliarias (según estudios del Colegio de Martilleros un 20% de los inmuebles del casco urbano de La Plata está desocupado, cuando hay más de 72 asentamientos y un alarmante déficit habitacional). Basta de desalojos, titularización de las tierras de los asentamientos a sus habitantes, planes de urbanización integral de las villas, con participación y control de los vecinos.