Políticas

16/9/2022

Plan Gas 5: beneficios a las petroleras que refuerzan la presión sobre las tarifas

Se lanzó un nuevo Plan Gas.

El gobierno acaba de lanzar el Plan Gas 5 que regirá la explotación de gas hasta 2028, con la finalidad de incrementar la producción en las cuencas gasíferas del país en función de abastecer al gasoducto Néstor Kirchner. El mismo mantiene el precio dolarizado del gas en boca de pozo y amplía los cupos de exportación de gas a Chile durante el verano. En definitiva, más incentivos a las petroleras con el objetivo de acumular divisas para complacer al FMI, mientras los usuarios debemos pagar servicios de luz y gas cada vez más caros.

Por un lado, el nuevo precio del gas en boca de pozo se pactará luego de la licitación que realice el gobierno, al igual que las cantidades y el precio de exportación. Sí sabemos que continuará siendo un precio dolarizado que no guarda relación alguna con los costos de producción, y, al tratarse del insumo base de toda la cadena energética, a medida que aumente el ritmo devaluatorio la presión sobre las tarifas será mayor. Algo que se agravará, dado que, según trascendidos, dicho precio pasará de 3 dólares por millón de BTU a 4 dólares y el reclamo de las petroleras -incluida la “estatal” YPF- es que vaya subiendo de forma paulatina hasta 2028.

El gobierno pretende reducir los subsidios energéticos para acercarse a la meta fiscal del FMI, perjudicando únicamente a los usuarios, quienes deberán afrontar aumentos en los servicios. Recordemos que la quita de subsidios a las tarifas alcanzará al 40% de los hogares y no al 10% como había anunciado el oficialismo inicialmente. En cambio, incrementa los beneficios a las petroleras con la expectativa de terminar con la huelga de inversiones que reina en el sector para que aumente la producción local, y, como consecuencia, disminuir los niveles de importación de energía y ahorrar divisas, así como también, obtener dólares a partir de exportar el excedente. Todo con la mira puesta en acercarse a la meta de acumulación de reservas fijada por el Fondo Monetario.

La mención de Alberto Fernández sobre “convertir a la Argentina en un enorme proveedor de energía en el mundo”, nos es otra cosa que ofrecer al país como una plataforma de subsidios dolarizados, exenciones impositivas y flexibilización cambiaria para profundizar el saqueo de los pulpos petroleros internacionales. Las divisas que ingresen irán para el pago de la deuda y para el giro de utilidades de estas multinacionales a sus casas matrices, no para el desarrollo nacional; pero sí nos tocará a nosotros pagar las consecuencias de la destrucción ambiental que acarrea este tipo de emprendimientos.

A su vez, a juzgar por el resultado que dieron las concesiones contempladas en las anteriores versiones del Plan Gas, nada garantiza que este último logre destrabar las inversiones en el sector. Por lo tanto, en lugar de aumentar las prebendas para los capitalistas, a costa de más tarifazos y contaminación, es preciso nacionalizar toda la industria hidrocarburífera bajo control obrero, para destinar este recurso estratégico en la industrialización del país al servicio de las necesidades sociales, y, al mismo tiempo, encarar un rumbo de transición energética que sea más amigable con el ambiente. En este punto, derrotar el pacto ruinoso con el FMI por medio la lucha resulta de vital importancia.

 

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