El bono de $45 mil en dos cuotas que tiene previsto el gobierno para una porción mínima de la población no alcanza para disimular su orientación profundamente ajustadora. En la segunda semana de octubre, el gasto primario real cayó 19,5% respecto a la misma semana de septiembre y 24,3% en términos interanuales, como parte de los planes fondomonetaristas.

Los datos fueron recogidos por la consultora Analytica. Esta caída real del presupuesto ejecutado afecta fuertemente a las mayorías populares; ya que por ejemplo, el gasto en jubilaciones, pensiones y Pami se contrajo un 5% interanual, el dinero destinado al pago de salarios estatales cayó 5,8% en ese período, un 14,2% el presupuesto devengado para obra pública, 4,4% el correspondiente a programas sociales y un 55,3% lo erogado en concepto de Asignaciones Familiares y Asignación Universal por Hijo. Como vemos, el gobierno se vale del alza inflacionaria para licuar partidas y arrimarse a la meta fiscal del Fondo.

Esto, cuando la recaudación en septiembre viene de haber aumentado un 19% interanual en términos reales, apalancada por el crecimiento en el ingreso vía retenciones, como consecuencia del dólar soja. Un incremento en el ingreso tributario que no le reporta ningún beneficio a los sectores populares, ya que el oficialismo mientras más recauda más ajusta. Esto pretende ser encubierto con un bono miserable que cobrará una porción de la población que se encuentra en la indigencia, y que ni sumando las cuotas de noviembre y diciembre bastará para cubrir una canasta mensual alimentaria de una familia tipo.

Los ajustes mencionados van a contrapelo de una realidad social desesperante, donde uno de cada diez adultos mayores y cinco de cada diez niños viven en la pobreza, a la par que crece el déficit habitacional y la falta de servicios básicos para capas enteras de la población. El kirchnerismo, que en el pasado posaba de opositor con la austeridad fiscal de Guzmán, ahora respaldó públicamente a Massa.

El peronismo en su conjunto está postrado ante las exigencias del FMI, así como también la oposición de derecha. Debemos deshacernos de estos políticos capitalistas que tanto daño le hacen a nuestras condiciones de vida, para comenzar a abrazar banderas propias, las del socialismo, y encauzar una salida de los trabajadores a la crisis. Una tarea que requiere de derrotar el ajuste por medio en la lucha.