Políticas

20/1/1993|381

“Plan Social”: Verso y regimentación

Basto que el gobierno anunciara con bombos y platillos el lanzamiento de un “Plan Social” para que la realidad estallara evidenciando un agravamiento de la situación social de las masas. Las estadísticas demuestran un acentuamiento de los niveles de desocupación y subocupación, el cólera se extiende rápidamente por distintas zonas del país evidenciando el agravamiento de la situa­ción sanitaria de las masas, el salario cayó más de un 40%, en k) que va del Plan Cavallo.


Las medidas anunciadas constituyen una operación cosmética, lo que se revela en que no hay aumento alguno del gasto presupuestario volcado a las “áreas sociales”, sólo se pretende utilizar “los fondos que ya existen” (El Cronista, 6/1) centralizados en manos de Araoz y Béliz, es decir al servicio de la campaña electoral. De ahí las protestas de Duhalde para ver quién controla los fondos en la Provincia de Buenos Aires.


La “truchada” del “Plan Social” puede evidenciarse en el rimbombante anuncio de que se tomarán medidas para el “mejoramiento de la calidad, la eficiencia y la gestión de la educación” destinado a tal fin… 16 millones de pesos. Mientras, en los presupuestos nacional y provin­ciales del ’93 los docentes sumergidos en la miseria salarial no reciben aumentos.


Como ya ha sucedido en otras oportunidades los anun­cios del gobierno sirven de cobertura para nuevos ataques a las condiciones de vida de las masas. Esto es visible, por ejemplo, en el decreto de la “desregulación” de las Obras Sociales donde se da un nuevo paso en favor de la privati­zación y monopolización de la medicina (ver nota).


Los radicales y la “oposición” centroizquierdista acu­san al “Plan Social” de electoralista. Esto es una tontería, porque si las medidas fueran profundas y efectivamente modificaran drástica y favorablemente las condiciones de vida de las masas (vivienda, salud, educación, etc.) sería comprensible que grandes sectores de estas votaran a aquél que mejora su situación social.


Pero toda esta cáscara vacía, que se ha dado en llamar “Plan Social” está al servicio del intento de armar un aparato de punteros electorales, regimentando a organizaciones de masas. ¡Si sabrá de esto el radicalismo que constituyo toda una red de punteros correligionaros en torno a las canastas del PAN!


“La intención es que, preferentemente a nivel municipal, se produzcan movilizaciones de organizaciones sociales (cooperadoras, parroquias)” (El Cronista, 6/1). Por ello es que el clero se ha alineado en defensa del “Plan Social”. La Iglesia que cuenta ya con más de medio gabinete, será participe en la organización de los “pro­gramas” en curso Este apoyo revela que una parte de la jerarquía eclesiástica ha resuelto “votar” por la reelección de Menem.


No al verso menemista. Plena independencia de las oganizaciones populares del gobierno. Plan de Lucha por el aumento salarial y jubilatorio. Basta de entrega.